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sábado, 7 de octubre de 2023

Casi poemas 18

 


Cuerpo desnudo, inútil

Qué esperas,

A quién aguardas.

¿Quién te deseó cuando estabas vivo?

¿Quién te deseará ahora que estás muerto?

Cuerpo dormido

sin que mañana pueda estar despierto.

Cuerpo apagado

sin brasas que reaviven el fuego.

Cuerpo mudo

condenado a esconderse en el silencio.

Cuerpo seco

sin posibilidad de ser regado.

Cuerpo deseoso

nunca deseado.

Cuerpo mío

que no serás tomado.

Cuerpo mío,

exclusivamente mío.

 


Se acerca a mí buscando el calor de mi cuerpo,

pegada a mí, sus manos, su cabeza, sobre este cuerpo inmóvil,

parece que ha encontrado en él su lugar en el mundo

para estas noches frías.

Me gusta sentir su cuerpo desnudo entre mis piernas,

Su remover entre ellas, soy suyo, es mía.

La noche es larga para estarla sintiendo yo, para estarme sintiendo ella.

Luna, mi gata.

 

 

El cuerpo dice basta, la mente, continúa.

 

Basta, el río desaparece, su cauce se encuentra seco.

Continúa, las nubes anuncian lluvia, la tierra se abre a ella.

 

Basta, la carrera te ha agotado, cargas con demasiado peso.

Continúa, no es tu carrera ya, es por otros por quién la corres, la historia venidera te la ha arrebatado.

 

Basta, arrastras tus pies lentamente, prácticamente inmóviles.

Continúa, vuelas hacia rincones que no visitarás, el pensamiento se empeña en lo imposible, por eso continúas volando.

 

Basta, sueño es tu alimento, asfixia su digestión.

Continúa, ellos van realizando aberturas en tu inutilidad que alivian tu ahogo.

 

Basta, ebrio de penas no hay oráculo que dé respuesta alentadora.

Continúa, no hay futuro, solo tu presente importa y este puede ser brillante e inagotable.

 

Basta, la fuerza del vendaval es ahora brisa tenue y delicada, el férreo músculo una tela deshilachada.

Continúa, tu debilidad es ternura, tu fortaleza reside ahora en tu sabiduría. Es ahora aquello que debes ofrecer.

 

Basta, el cuerpo se cae a pedazos, nada lo podrá reconstruir.

Continúa, los fragmentos de ti que vas dejando marcan el sendero de tu recuerdo.

 

Basta, la incertidumbre te ciega, la ansiedad te devora, el tiempo venidero deseas no verlo, no vale nada.

Continúa, atravesar la niebla redobla tu mérito. No importa tanto el lugar a donde llegues como aquel que vas siendo en el camino que recorres.

 

Basta, eres lo que haces, lo que ibas haciendo va cayendo en el saco del olvido. No eres nadie.

Continúa, no confundas hacer con el movimiento. Nada te impide amar, es posible tu sonrisa, tu pensamiento no está cautivo. Desde tu celda puedes transmitir la necesidad de cambiar.

 

Inevitablemente, llegará un momento en el que ambos se pondrán de acuerdo, ese será el final.



¿Adónde fueron a parar mis caricias?
 Mi cuerpo inmóvil es un tronco de un árbol sin ramas que puedan ondear hojas al viento.
Mis brazos quieren sin poder decirlo,
mis manos son frutos vanos, sin carne, quietas, mudas.
Las caricias solo existen en mi mente, nadie me las ha quitado, he sido yo el que las ha perdido.
Mi capacidad para acariciar es cero, solo me queda la pequeña esperanza de recibir, recibir caricias de niño,
no me importa ser toda mi vida el “chiquitín”,
pequeñas caricias que expresen el cariño acariciando mi cara,
mis manos,
 mis piernas;
 casi impensables caricias de deseo en este cuerpo dormido,
casi muerto,
incapaz de responder a ellas.
El deseo no se puede transferir a pesar de que permanezca anclado en este cuerpo de sesenta años,
una eternidad que no puede revivir.




Viejo verde,

popa de un barco a la deriva,

anhelo de un deseo inútil.

Viejo verde,

condena de un ser despreciable,

Suciedad que va y viene.

Viejo inútil.
Viejo loco.

Viejo desmembrado.

Viejo ya sin lugar.

Desechable viejo verde

Al que nadie entiende

Ni desea entender.

Viejo verde.

Pobre viejo verde.

Viejo verde sin más, sin ejercer,

que se le va a hacer.
Viejo verde sí que también sabe vivir en otros colores

Blanco, rojo, rosa, morado, verde, azul, gris

Y para terminar,

Inevitablemente,

Negro.

 




Mañana es nunca,

es la huida del hoy.

La palabra invisible nos libera del cuerpo,

compromiso siempre incómodo.

La distancia es el verbo.

Mañana, la ilusión siempre frustrada.

Un mañana que es nunca.

El hoy que ya conoces

como manantial de tu tristeza,

la tristeza de un jamás.



Por qué he de sufrir esto hasta el final.

Qué hice antes de nacer para merecer este castigo.

¿No es humano un exceso de deseo?

Qué debo aprender en esta vida.

Paciencia sin descanso.

A padecer sin quejarme.

¿No obtuve ya sobresaliente?

 

 

El tiempo es relativo,

Es la medida que tú estableces lo que marca.

Siempre te faltará para lo que te desagrada.

Correrá raudo en aquello que te genera placer.

El tiempo eres tú.

 

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