Etiquetas

viernes, 29 de julio de 2016

EN DEFENSA DE PABLO ECHENIQUE




En los últimos días se ha puesto de moda el llamado caso Echenique por el cual tenía trabajando cinco horas a la semana, como asistente personal (empleado de hogar, de hecho), a una persona. Políticos, tertulianos, periodistas y gente varia se han cebado en ello y han aprovechado a través de Pablo Echenique para arremeter contra su formación política. Esta aglomeración de críticas lo que pone de manifiesto es una gran hipocresía y un casi nulo análisis de la realidad, un desconocimiento, consciente o no, de esa realidad y, por lo tanto, un casi nulo, también, interés por transformarla. Se le puede achacar a Pablo Echenique una pobre defensa de su actuación pero nunca una crítica sin matices de esa actuación. Lamentablemente nuestra realidad se encuentra llena de matices pero nos encontramos con una población que desea ignorarlos en la medida en que vuelven esa realidad como compleja y difícil, para vivirla, con su ausencia, como algo simplista que no necesita interrogarse por lo que hace y le rodea.
Yo también soy discapacitado físico y catalogado como gran inválido. Yo también necesito a una persona para que todos los días me asee, me vista y me levante, unas escasas cinco horas semanales. Yo también comprendo la compleja situación ante la que se encuentran esas personas y ante la que me encuentro yo mismo. Debo contratar como empleados de hogar a esos asistentes y, al mismo tiempo, tengo que ser consciente del escaso atractivo de este trabajo ante el surgimiento, aunque sea temporal, de otros empleos de más tiempo y retribución económica, esto hace que deba asumir la variabilidad en las personas que lo desempeñan y aceptar su ir y venir. El tipo de empleo pone de manifiesto la necesaria existencia de una gran intimidad que hace que no valga cualquier persona; es necesario no sólo una gran destreza profesional sino una calidad personal que se inicia con una capacidad de ternura. Encontrada una persona así es necesario mimarla para que permanezca el mayor tiempo posible a tu lado. Comprendo que la decisión acerca de la cotización o no a la Seguridad Social corresponde fundamentalmente al trabajador o trabajadora, su decisión puedo interpretarla como un error pero nunca como una trampa. Desde el primer momento yo planteo su interés o no en esa cotización, poniendo de manifiesto de entrada que yo me haría cargo de toda ella; aún así las decisiones son diversas. De no estar interesado en esa cotización, asumo que mi desembolso económico ha de ser el mismo por lo que añado al pago de la hora diaria el equivalente al coste que me supondría el pago de su cotización. Para que esto no suponga tentación alguna para no estar dado de alta entiendo siempre que este ha de ser un segundo paso claramente diferenciado del primero. La realidad es que me encuentro con opiniones de ambos tipos y que aquellas personas que se deciden por no cotizar lo hacen por alguna de las siguientes causas:
  1. Por estar trabajando ya con contrato a tiempo completo pero con un salario mínimo y con unas grandes cargas familiares. La presencia de esta situación está presente casi siempre, paro en casi todos los miembros de la familia salvo en uno con un empleo temporal y un pequeño salario.
  2. La necesidad de sortear la legalidad para poder acceder a las ayudas económicas que esta pueda aportar. El tiempo de este trabajo es mínimo así como su retribución y uno no puede renunciar a otros ingresos que ocasionalmente pueden llegar.
En ambos casos tengo claro de que se tratan de alternativas ilegales, es el clásico dilema entre lo legal y lo justo que no siempre coinciden. Cómo puedo yo desde mi situación económica y social hacer un juicio ético y moral de estos comportamientos. Es cierto que esto pone de manifiesto la existencia de una economía sumergida, pero lo que no podemos ignorar es que lo que verdaderamente sale a la luz es la existencia de una población sumergida que bracea como puede para salir a flote. Querer ignorar esto es hipocresía, una flagrante y evidente hipocresía. Las situaciones económicas de muchas personas y familias son muy frágiles, por no decir que han caído ya en la pobreza. Cualquier euro es para estas personas como oro en paño, es comprensible que la dureza de su presente les impida poner su mirada en su futuro. Uno necesita salir hacia delante, pagar su casa, vestirse y comer e incluso permitirse unos gastos que le hagan pensar que se encuentra también dentro de esa sociedad de consumo de la que disfrutamos todos. Es vergonzoso hacer una crítica de estos comportamientos con un gin tonic en la mano y un sueldo seguro y aceptable a final de mes.


viernes, 15 de julio de 2016

PARADOJAS


LA SOBERANÍA

Para los nacionalistas, la nación implica soberanía y, por lo tanto, capacidad de decidir. Llámense como se quiera el concepto de nación y nacionalismo nunca se corresponden con la izquierda. Llámese como se quiera la nación nunca será algo natural sino una simple construcción del hombre, algo estrictamente artificial peleen como peleen sus defensores el derecho a decidir. Nacionalismo español y catalán es nacionalismo sin más empeñados en su derecho a decidir el todo por la parte. España decide no Cataluña, dicen aquí. Cataluña decide, no España, dicen allí. Aquí pretenden ser el todo y allí sólo la parte, pero una parte que para ellos es el todo. ¿Dónde pone que es así? Intento mirar en el cerebro de ambos y veo lo mismo, cierto totalitarismo y el engreimiento de considerarse la voz de una unidad completamente indivisible. ¿Qué ocurriría en ese solicitado referéndum si una de las partes (provincias, comarcas, ciudades) dice que no?¿Quiénes son los autoproclamados representantes de Cataluña para negar ese derecho?¿En qué argumento diferente pueden basar ese rechazo? Los nacionalistas españoles se creen los propietarios del derecho de decidir por encima de cualquier parte de esa España que consideran eterna pero que como toda construcción humana tuvo su inicio y tendrá su final. Los nacionalistas catalanes se creen los propietarios el derecho de decidir por encima de cualquier parte de esa Cataluña que consideran eterna pero que como toda construcción humana puede que tenga su inicio pero que de ser así también tendrá su final. Ambas partes tienen tanto que reflexionar en torno a su propio pensamiento, tanto que replantearse, tanto que hablar que de no hacerlo sólo pondrán de manifiesto un pensamiento dogmático siempre por encima de su humanidad, su cobardía al servicio de lo que creen les reportará réditos electorales y su inutilidad política. Ojalá la vida nos librara de elementos así.


VESTUARIO

Gustavo de Arístegui, cohecho,blanqueo de capitales y organización criminal, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Pedro Gómez de la Serna, cohecho, blanqueo de capitales y organización criminal, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Rodrigo Rato, fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Luis Bárcenas, fraude fiscal, cohecho y blanqueo de capitales, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Francisco Granados, integración en organización criminal, delitos fiscales, blanqueo, falsificación, tráfico de influencias, cohecho, malversación y prevaricación, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Francisco Correa, cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal, asociación ilícita y falsificación documental, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Jordi Pujol Ferrusola, blanqueo de capitales y delito contra la hacienda pública, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Carlos Fabra, tráfico de influencias, cohecho y delitos fiscales, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Jaume Matas, prevaricación, cohecho, malversación de caudales, apropiación indebida, falsedad documental, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito fiscal y delito electoral, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego; Alfonso Rus, delitos contra la administración pública, fraude o blanqueo de capitales, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego;  José María Aznar, declaración de guerra basada en datos falsos, millones de muertos, traje impecable, camisa de marca y corbata a juego,… Y pensar que el país a lo que tiene miedo es a una coleta.