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domingo, 30 de diciembre de 2018

PACIENCIA

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Desde la cama, tumbado, contemplas el techo, nada puedes mover, ni las piernas ni los brazos y mínimamente la cabeza, pero no lo suficiente como para que tus ojos puedan contemplar algo más que esos focos que también permanecen inmóviles sin llegar a saber bien quien mira a quien si tú a ellos o ellos a ti. Es cuestión de aprender a armarte de paciencia para ver pasar el tiempo sin poder contemplar algo más que esa foto fija. Pero como todo en la vida siempre hay diferencias, mi paciencia sé que tiene un límite no muy lejano en el tiempo, yo no puedo hacer nada por mí mismo, pero raro es el tiempo que no me encuentro acompañado, aunque esa compañía haya que pagarla. Alguien llegará y me cambiará de posición y dejaré de mantener mi mirada fija en ese techo blanco en el que mis ojos se encontraban presos. Alguien llegará y me trasladará a una silla de ruedas o levantara mi torso manejando la cama articulada y trayéndome el ordenador o encendiéndome la televisión, objetos que parecen muy normales pero que no lo son para la mayor parte de la humanidad y resultan esenciales cuando la amenaza es la eternidad.
Tumbado una mosca se acerca a mi cara y se posa en ella, muevo ligeramente el rostro, el insecto levanta el vuelo, pero inmediatamente se vuelve a posar. Repito ese movimiento una y otra vez, en múltiples ocasiones con el mismo resultado, la mosca vuelve a mí. Intento calmarme, aguantar su presencia en mi cara, sentirla moviéndose por ella. No es fácil de ignorar ese bicho, está por encima de todos mis pensamientos. La mosca ignorando mis deseos, está bien claro que no le causo temor, ella a mí casi sí. Pienso en las repetidas imágenes de niños africanos con la cara llena de moscas, decenas de esos insectos comiéndoles el rostro sin inmutarse; una sola mosca, una, es para mí una tortura. ¿Cuánto puede vivir un tetrapléjico en esas zonas?  He tenido suerte también en esto.
La eternidad se percibe en un simple instante, el infinito se intuye cuando en un momento vives la amenaza que no tiene fin, hay algo en tu interior que te hace vivir esa condena. La quietud te lleva de forma obligada a un pensar sin fin, un vaivén de pensamientos que en algún momento pueden dispararse sin control. Pensar es la característica fundamental del ser humano siempre que seamos capaces de manejar ese poder a través del control de la paciencia, siempre que en el pulso la victoria sea nuestra pues la derrota puede tener un nombre: locura.

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sábado, 15 de diciembre de 2018

JUEGO DE LOCOS




Los estados nacen y mueren, todos tienen un principio y un final, ninguna tierra es propiedad de nadie y es un gran disparate pensar que merece la pena canjearla por sangre, los problemas políticos han de ser resueltos de forma política, es decir, alrededor de una mesa y mediante el diálogo y seguramente la cesión por ambas partes que previsiblemente acabaran con cierto descontento, para ello son necesarias personas de carne y hueso, no de hierro, insensibles e incapaces de pensar en función de la evolución de los acontecimientos, personas dotadas de una ética de la responsabilidad, no de principios inquebrantables, cuesta encontrar políticos de este tipo, los que hay venden únicamente discursos a cambio de votos sin asumir cuota alguna de responsabilidad si su posición no se lo exige o el tamaño de su cerebro se lo impide. Es temible contemplar la realidad que nos rodea, especialmente si nos encontramos a una tipología tan estúpida (no son palabras mías sino de Joan Tardá) como la de  Quim Torra haciendo una referencia tan sin sentido, tan falta del catalán seny, a la vía eslovena. Este señor, presidente, vicario de  o como guste llamarse, tiene la facilidad de que se le suelta en libertad la boca cuando se encuentra en tierra amiga e intenta pobremente corregirse a sí mismo cuando no lo está del todo y se le soltó cuando hizo esa referencia que puso de manifiesto su rudimentaria forma de pensar ya expuesta en su tiempo anterior al cargo que ocupa en este momento y que reafirmó su carácter xenófobo y supremacista por mucho que él intente negarlo. La población eslovena era por aquel entonces casi plenamente homogénea; se realizó un referéndum con una participación del 93% de participación y un 95% de ella se pronuncio a favor de la independencia de una Yugoslavia que por aquel entonces estaba muy lejos de poder ser considerada como un estado democrático. Cifras completamente diferentes a las que pudieron arrojar el intento de referéndum llevado a cabo sin garantías democráticas algunas y las llamadas elecciones plebiscitarias. Para Quim Torra seguro que no hay diferencia alguna entre el caso esloveno y el catalán, para él seguro que ambos casos son similares, en el caso catalán toda la población de ese tipo era independentista, pensaba como él, aquella que no lo hiciera no es catalana y como tal es una población sin derechos especialmente al tratarse de una población no humana como ya manifestó en su momento. Dormirá pues creyéndose demócrata como lo harán todos aquellos que le apoyan, los derechos son solo para el genero humano, no para las bestias, para estas no importa la represión y la muerte, todo lo contrario que para la considerada independentista. Es sorprendente que entre los suyos no surja nadie que conteste a estos planteamientos, comportamientos que van en detrimento cada vez mayor de la clase política, clase que parece callar sea cual sea la situación y/o no ser capaz de pensar por cuenta propia. Es verdaderamente triste un pensamiento así en un pueblo que ayer se creía especialmente racional y modélico, hoy el modelo habrá que buscarlo, si existe, en otro lugar y el pueblo catalán ser capaz de ejercer autocritica para hacer lo mismo.
En este juego de locos, un juego de tronos tan insensato como el televisivo, juega un papel fundamental los que se hacen llamar CDR (Comités de defensa de la República). Podría decirse que solo cabe defender lo ya existente y cabria preguntarse dónde se encuentra esa República. La función de estos grupos es más la de guardia pretoriana al servicio de los señores del momento y es temible pensar la calidad humana de las normas democráticas que estas personas tengan que defender. Desde una persona que desearía formar parte de una República antes que de una Monarquía Parlamentaria creo que puedo decir sin sospecha que la igualdad y justicia de un país no depende de un sistema u otro sino del gobierno y la mayoría parlamentaria encargados de tomar las decisiones políticas correspondientes, y no parece que el gobierno catalán, CDR y otros grupos y partidos de ese arco sean capaces de hacer presagiar un buen futuro. La sensación es que el gobern en Bélgica o en Barcelona deseen con el uso de los encapuchados la aparición de al menos un muerto y un asesino, de un mártir y un verdugo que pasen a formar parte de una historia partidista y falsa que todo nacionalismo esgrime, una manera de iniciar la vía eslovena. Un juego de locos en el que cuesta escuchar algunas palabras sensatas que lleven al acercamiento sin echar más leña al fuego. Para ello, sea desde un lado u otro, no cuenten conmigo.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

UN HOMBRE VULGAR




No soy un santo ni soy un héroe como algunos comentarios pudieran hacer pensar, soy un hombre corriente, del montón. Paso por ser un hombre duro que aguanta el dolor sin quejarse, a veces el perfecto de los enfermos, pero siento el dolor como lo sienten todos. No sé el momento de mi vida en el que se pudo producir ese cambio pues yo era un niño al que el mínimo dolor aterraba. Debió de ser por pura vergüenza de montar el espectáculo pues yo era un chico bastante tímido. Prometo gustoso que cambiaría alegremente esa reputación por pasar desapercibido entre la gente, uno más, y poder realizar un torpe paseo o poder acariciar y coger en brazos a un niño. Un hombre vulgar con deseos vulgares de todo hombre, especialmente tetrapléjico incapaz de acercar una mano o mover un dedo, cuando una mujer está cerca. Cuerpo inmóvil, pero cuerpo necesitado de ser reconocido como tal. Somos una sociedad parca en la expresión corporal de las emociones, besos, abrazos, caricias. Grandes caricias, pero también pequeñas pero sentidas caricias. Agradezco de corazón la iniciativa de una visita amiga que acercó su asiento a mi y puso sus manos sobre mis rodillas, acarició mis piernas por encima de los pantalones e intentó hacerme cosquillas en la planta de un pie. Caricias aparentemente banales pero muy sentidas y agradecidas por mi parte. Está claro que la imagen que uno da de sí mismo a través de la escritura puede no tener nada que ver con la de la vida real, esta última es mucho más compleja y difícil por lo que es fácil meter la pata y cometer errores, las emociones pueden jugar malas pasadas y especialmente con los más cercanos cuando se cruzan esas emociones y pueden saltar chispas. La vida es una montaña rusa en la que uno puede subir hasta la cuspide para después descender sin freno hasta acabar en un torrente verbal y llanto. Esta es la realidad: deseos vulgares, emociones vulgares, comportamientos vulgares de un hombre vulgar.