Etiquetas

lunes, 20 de enero de 2020

No seas como yo



Si alguna vez acudiste a mí solicitando ayuda
y yo no te escuché,
no seas como yo.
Si alguna vez
ante tu presencia
o tus palabras
o tu demanda de atención,
respondí de forma bronca,
no seas como yo.
Si alguna vez me hablabas,
quisiste hacerte presente en mí
y yo te ignore,
no seas como yo.
Si alguna vez disfrutabas de un momento feliz,
sonreías y todo tu cuerpo era puro gozo
y yo lo convertí en un mar de lágrimas,
no seas como yo.
Si alguna vez me viste convertido en pura soberbia.
incapaz de aceptar un error,
percibiendo a los demás siempre desde arriba,
no seas como yo.
Si alguna vez aquello que viste en mí
te pareció despreciable,
nunca lo utilices como excusa
para justificar tus pecados.
Si cuando la memoria te remonta a tu infancia
y esta no te lleva a mis brazos,
a mis besos o a mis rodillas,
si en eso solo escuchas
mis gritos o mi violencia,
por favor,
tú,
no seas como yo.
Nunca seas ese yo
que entonces rechazaste.



lunes, 6 de enero de 2020

LA MARCHA





Vuela alto, vuela lejos, hazlo ya, pero que ese vuelo no te haga olvidar el nido del que partiste. Vuelve a él con frecuencia, pero que esos momentos no se conviertan cada vez en más duraderos, es tu nido, siempre lo será, pero has de construir el tuyo propio. Te añoraremos, pero habremos cumplido la función que nos corresponde por naturaleza: procrear para salvar la especie, intentando que sea una especie sana en una naturaleza sana.
Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma escribió hace un siglo un gran poeta libanes; es cierto en gran medida, somos el vehículo que la vida utiliza para perpetuarse a sí misma depositando una criatura en nuestras manos para que la protejamos. La tarea de cuidar tú también tendrás que hacerla tuya cuidando incluso, a tu manera, a esos viejos padres soñadores que hoy dejas atrás.
No habrán faltado choques ni seguramente faltarán después, nuestros caminos han de ser distintos y nuestra velocidad también, tendremos que pasar el tiempo modulando nuestras vidas, la realidad es cambiante y el tiempo pasa más rápido que nuestra capacidad de adaptación a ella. El ser humano es conservador por naturaleza, pero se ve obligado a mantenerse en continuo cambio, cosa que no siempre consigue con éxito.
El cómo nos vemos será diferente según acerquemos o alejemos la lente de nosotros, según una cosa u otra seremos todo o nada, la razón de ser de nuestra existencia o un mísero punto imperceptible en el espacio. Ese será el equilibrio en el que deberás moverte, aunque lo lógico será que incidas más en la primera o segunda perspectiva según sea la etapa de la vida por la que transites, pero ambas son verdaderas, no lo olvides, no deseches ninguna, aunque resulte complicado mantener ese equilibrio sin venirse abajo o ser incómodo.
La marea te dejará en la playa para que la habites y la hagas tuya, esa misma marea que nos arrastrará a nosotros mar adentro hasta que nos perdamos. El ciclo de la vida que nos corresponde se habrá cumplido.