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miércoles, 14 de diciembre de 2022

AFORISMOS (2)





1. Si al mirarte en un espejo no te reconoces búscate primero en tu interior.


2. Si parece que estás en guerra con tu cuerpo y éste te ha vencido la derrota no importa, negociar la paz es lo importante.


3. Cuando no puedes mover parte alguna de tu cuerpo quizás estés equivocado y nada te impida mover tu pensamiento.

4. Para tu placer físico antepón el de la otra persona.


 5. Si consideras que el infierno son los otros puede que la verdadera realidad sea que el infierno seas tú mismo.


6.Si el infierno son los otros también son el cielo.


7. Si te obsesiona no haber sido el primero puede que no lo merecieras.


8. El orgullo no te viste, te desnuda, no te hace vencer, es el arma inútil de los perdedores.


9. El que carece del sentimiento de culpa siempre se creerá inocente.


10. Si tienes algo que has de dar y sólo tienes uno procura dárselo a quien realmente se lo merezca. La vida no tiene marcha atrás.


11. Si no sabes qué te aguarda de algo en el futuro procura hacerlo hoy.

 

12. Somos portadores del agua, somos un sesenta por ciento agua. También nosotros formamos parte del ciclo hidrológico.


13. El agua que forma parte de nosotros hoy, ayer formó parte de otros y mañana en otros diferentes. Estamos hermanados por el agua.


14. No desperdicies tu tiempo. Lo que no hayas hecho en el pasado difícilmente podrás compensarlo hoy.


15. La comedia de la vida parece escrita por un dramaturgo.


16. El drama de la vida parece escrito, a veces, por un comediógrafo.


17. A menudo sólo es cuestión de tiempo interpretar la vida, al contrario de lo que parecía, con una risa o un llanto.


18. La vida normal es lo menos normal que existe.


19. En ocasiones, en la vida, si lo haces, sufres y si no lo haces también. Sólo te queda sufrir con ternura.


20. No podrás levantar al otro si antes no te levantas tú.


21. Perdóname si te pido que me dejes ir. No te lo pediría si, de verdad, no creyera que quien queda libre eres tú.


22. Cuando se declara una guerra no hay una sola, hay millones, tantas como habitantes.


23. En el después crecemos, envejecemos y la vida va camino de terminarse. A menudo nos lamentamos de no haber hecho algo antes. El problema es que en el antes no sabemos y cuando sabemos ya estamos en el después.

24. La vida no es respirar sin más. No convirtáis la respiración en carcelera del cuerpo.


25. La primera impresión no suele ser acertada. La última tampoco.


26.  La única prohibición para el pensamiento es la de no ser libres.


27.
Prohibido llenarse de certezas y no dejar espacio para la duda y la interrogación. La certeza se convierte en dogma y el dogma en grilletes.

 

28. Prohibido ansiar un espacio en el rebaño y dedicar la vida a no quedarse nunca atrás. Terminaremos creyendo que el único olor en la vida es el de el estiércol.

 

29.  Prohibida la angustia de sentirse solo. La soledad puede ser la ocasión para encontrarnos a nosotros mismos.

 

30. Prohibido añorar los laureles y rechazar los dolores. Los primeros, si son artificiosos, nos reducen, los segundos nos pueden hacer crecer.

31. Prohibido el recelo a ser señalado y el deseo de permanecer oculto en la masa. Olvidaremos aquello que nos distingue.

32. Prohibido hipotecar tu vida tanto que todo tu mañana sea siempre un pasado.

 

33. Prohibido decir sí a todo. De tanto bajar la cabeza la cerviz quedará agachada.

 


 

lunes, 5 de diciembre de 2022

CONFESIÓN




Puede que todo ser humano encierre dentro de sí varias personas, personas que pone de manifiesto según el lugar en el que se encuentre. Quiero suponer que más allá de estas personas públicas, o personajes, siempre hay, o puede haber, una que permanece oculta, cuyo diálogo se limita a un monólogo interior que a menudo se superpone al habla sin llegar a articular sonidos. La pregunta que uno puede hacerse es si el motivo por el cual esta cara permanece en secreto es porque puede desmentir, de alguna manera, la imagen pública que tienen de uno.

Es posible que la imagen que algunas personas tienen de mí sea algo cercano al héroe, casi la perfección, alguien que pese a mi triste estado físico nunca se queja, que permanece siempre con buena cara, alegre, con un discurso positivo y mostrando una actitud estoica ante la vida que me ha tocado en suerte, con una más que valorada fortaleza ante las desgracias y dificultades con las que me he ido encontrando. ¿Se mantendría esa opinión sobre mí si el monólogo interior lo verbalizara? Quizás esa dureza se resquebrajaría.

Puede que al llegar a la intimidad de mi habitación ese gesto alegre se transforme y, con frecuencia, se torne tristeza, incluso llanto; que el dominio de la personalidad que parece caracterizarme pueda volverse extraordinariamente sensible para pasar, en ocasiones, del simple enfado a la cólera; que ese estoico haya sido durante toda su vida un epicúreo frustrado que ha tenido que guardarse la sensualidad en los bolsillos hasta llegar al extremo final de hoy, un cuerpo inválido al que le hubiera gustado ser voluptuoso; una cara sonrosada y vital que no quiere mostrar ese ser encerrado en un cuerpo; ese cuerpo que parece empeñarse en vivir cuando al mismo tiempo anhela la muerte.

Sin embargo, esos secretos no encierran mentiras, ambas caras soy yo; en ninguna de ellas actúo, no hay enfrentamiento entre las dos. El final aguarda tranquilo, el camino para llegar a él se hace cada vez más evidente y la quietud de este cuerpo parece querer acelerarse hacia él, pero aún no está a mi alcance.