Etiquetas

sábado, 7 de mayo de 2011

ALERGIA AL ELECTORALISMO


Me producen urticaria esos loros parlantes tan predecibles de los que ya se sabe antes de que abran la boca lo que van a decir y cómo.

Me dan grima los cerebros huecos capaces de cambiar de hoy a mañana lo que deben decir en función de las circunstancias.

Me generan repelús esas conciencias tan laxas que defienden con el mismo ardor en el correligionario lo que critican en el de otro bando.

Me aumentan la tensión esos profesionales de la mentira cuyo único objetivo es difamar y hundir personalmente al contrincante.

Me originan escalofríos los ignorantes de los matices para los que todo es blanco o negro, catástrofe o victoria en función de quien es el protagonista.

Me ponen carne de gallina los que hablan sin sonrojo en nombre de todos los españoles, de la gente normal, de la gente decente como si los que no pensaran como ellos fueran parias o proscritos.

Me hacen llorar los estúpidos chistosos buscadores del chiste fácil y malo cuyo único objetivo es generar titulares.

Me sobrevienen calenturas los que no tienen nada que aportar a los demás pues su verdadero objetivo es la búsqueda de un futuro personal aunque sea a cambio de un plato de lentejas.

Me provocan pavor los que intentan enmascarar sus negocios privados con palabras grandilocuentes parapetados detrás de sensibilidades sagradas.

Me producen urticaria los que escuchan con detenimiento y credulidad a esos loros parlantes tan predecibles de los que ya se sabe antes de que abran la boca lo que van a decir y cómo.

Me dan grima los cerebros huecos capaces de cambiar de hoy a mañana lo que deben pensar en función de lo que dicen los cerebros huecos capaces de cambiar de hoy a mañana lo que deben decir en función de las circunstancias.

Me generan repelús esas conciencias tan laxas que defienden con el mismo ardor en el correligionario lo que critican en el de otro bando, según les digan en cada ocasión.

Me aumentan la tensión esas personalidades ecos de los profesionales de la mentira cuyo único objetivo es difamar y hundir personalmente al contrincante.

Me originan escalofríos los ignorantes de los matices para los que todo es blanco o negro, catástrofe o victoria en función de quien es el protagonista y de quién transmite una mayor barbaridad.

Me ponen carne de gallina los que se sienten identificados con los que hablan sin sonrojo en nombre de todos los españoles, de la gente normal, de la gente decente como si los que no pensaran como ellos fueran parias o proscritos.

Me hacen llorar los que aplauden sin pensar, como mero estímulo-respuesta a esos estúpidos chistosos buscadores del chiste fácil y malo cuyo único objetivo es generar titulares.

Me sobrevienen calenturas al ver como se vota sin rubor a los que no tienen nada que aportar a los demás pues su verdadero objetivo es la búsqueda de un futuro personal aunque sea a cambio de un plato de lentejas.

Me provocan pavor los que justifican con complicidad a los que intentan enmascarar sus negocios privados con palabras grandilocuentes parapetados detrás de sensibilidades sagradas.

Por eso me siento marciano, porque cada día encuentro a mi alrededor más personas así, porque cada día de cada mes de cada año es campaña electoral, la hora H del día D para hundir al contrario, porque, a lo mejor, todo eso es lo normal y yo, simplemente, soy alérgico a la estulticia y a la hipocresía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario