Etiquetas

domingo, 27 de octubre de 2019

ESCANEANDO CATALUÑA






JÓVENES
Veo el enfrentamiento en Cataluña lleno de jóvenes embozados intentando ocultar el rostro para hacer la guerra sin ser reconocidos. Imagino el momento en el que se cubre el rostro con el pasamontañas como el instante exacto en el que se transmuta en soldado de un ejército de liberación, se muda de joven vulgar a héroe, sin percibir que aquello no le convierte en nada nuevo, es simplemente un disfraz, un uniforme que, al contrario de lo que cree, le otorga la única característica que su nombre indica, que tiene la misma forma, que ha cubierto lo que le hace singular para transformarlo en idéntico a los demás, uno más de la manada, que se cree protagonista sin darse cuenta que sólo es una marioneta jugando a la guerra, que no se puede alcanzar la liberación si meramente somos un pelotón de siervos dejándose manipular, que la libertad no se alcanza cambiando de patrón y repitiendo esquemas de siempre, que no se vislumbra si no se cambia la mirada. Un tumulto de adrenalina anula el pensamiento para establecer un simple combate de testosterona, una generación de placer participando en la confrontación y evitando el ejercicio más agotador y de riesgo: pensar. ¿Cuál es nuestra responsabilidad en esa sinrazón? Precisamente eso, anular la razón, convertir la realidad en una confrontación entre buenos y malos, entre héroes y villanos, sin matices, sin complejidad alguna, convertir el pensamiento crítico en un nuevo catecismo lleno de dogmas, evitando todo aquello que nos pueda poner en cuestión, poder ser siempre jóvenes y nunca madurar. Dar las palmaditas en la espalda después de la batalla y criticar como bárbaros si los contenedores los quema el bando contrario y como héroes de guerra si son los “nuestros”.






POLICÍA
Si alguien estaba cumpliendo con su labor, mejor o peor, y estaba donde tenía que estar, esa era la policía. Seguro que, como todos los trabajos, se puede hacer mejor pero no podemos negar la tensión en la que siempre se desempeña, tensión en la que es casi imposible evitar que salten chispas. El discurso por el cual la policía siempre está en el bando de los malos es de una pobreza ideológica apabullante. Siempre habrá policía y siempre tendrá una función represora en la medida en que siempre habrá delito y siempre existirá lo legal y lo ilegal gobierne quien gobierne, ya sea San Anarcosindicalista de la Buena Hostia o San Proletario del Mundo Unidos. Gobierne quien gobierne siempre habrá quien monte la de Dios y proferirá gritos de “policía asesina" y lo escriba en las paredes. Quemar contenedores, arrancar señales, destrozar el pavimento y escaparates y lanzar piedras, no forma parte de ninguna revolución es puro incivismo y provocación buscando la respuesta de la policía. No todo comportamiento de las fuerzas de seguridad será el adecuado, pero siempre su función será reprimir el desorden, aunque no iniciarlo. Las ordenes, mejores o peores, siempre vendrán desde la clase política sea cual sea ésta y ésta será la responsable de corregir los excesos.



PRESOS
No hay presos políticos, lo que hay son políticos presos, no están presos por ser independentistas lo están por incumplir las leyes y sabían que lo estaban haciendo; fueron avisados por el Tribunal Constitucional y por los letrados de su Parlamento, incitaron a los ciudadanos independentistas y luego no supieron como pararlos y las imágenes les delataron. Podemos estar de acuerdo o no con lo que marcan las leyes, pero éstas están hechas para cumplirlas, negarse a ello puede hacerlo un particular, pero no un estamento oficial y menos si este es un gobierno y especialmente si no representa a la mayoría de la población. Todos ellos sabían lo que estaban haciendo y a lo que se exponían, no cabe pues un escandalo hipócrita. Lo que hicieron no sólo fue ilegal, también fue injusto. Se convocó un referéndum al margen de la ley en el que se gastó dinero público, fue un acto estrictamente partidista para alcanzar objetivos partidistas y que dejó fuera ya de entrada a la mayoría de la población, cosa que todos sabían y a pesar de ello se dio carácter legal a sus resultados legislando a partir de ellos y declarando la independencia con una política claramente xenófoba ya que se ignoró su ilegalidad considerando de hecho que toda aquella población que no fue a votar y que sabían que no iba a ir a votar no tenía necesidad de ser contada, total, no tenían por qué ser considerados catalanes. Es por esto, principalmente, por lo que fue una política ilegal e injusta. Yo puedo considerar que la solución al problema tendrá que ser, nos guste o no, el referéndum, pero esto no basta para legitimar su convocatoria. Como consecuencia de todo esto fue la cárcel y la posterior sentencia, que más allá de la movida que después hubo no se puede considerar dura, yo puedo creer positivo un indulto o una amnistía, pero en base a la legislación y a la actuación del gobierno catalán no puedo catalogar como dura tanto por la pena impuesta como por la posibilidad que abre para un pronto tercer grado, podemos valorarla como benévola. Seguidores de Gandhi y Martin Luther King esperemos que salgan de prisión siguiendo a otro nombre, el de Nelson Mandela.



República
Sólo se defiende aquello que se tiene, que se posee, que existe, y la República Catalana, que yo sepa, sólo es un sueño, una ilusión, y los Comités de Defensa de la República tienen poco que defender. Esa República, y lo dice alguien que se considera republicano, no pasa de ser un deseo que únicamente se hace realidad en las cabezas como la de Quim Torra que creen en un cielo en el que sólo se habla catalán y en un Dios con apellido del mismo idioma, como por ejemplo Puigdemont. Los charnegos han de pasar inicialmente por el limbo y ganarse su acceso al paraíso votando afirmativamente. Seamos sinceros, la proclamación de la República se trata de un cambio fundamentalmente estético pero que no viene a modificar nada de lo que es la realidad social, el gobierno seguiría en las mismas manos, el poder económico y social no cambiaría de lugar. Es verdad que la monarquía resulta una reminiscencia del pasado, un tiempo el que el árbol genealógico otorgaba privilegios para el mando y para aceptar la humillación por la sangre. Una Jefatura de Estado que podría ayudar a resolver, quizás, el problema en Cataluña con un pequeño gesto: abdicar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario