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sábado, 14 de septiembre de 2024

Aforismos 11



 

1.       Haz la autocrítica de tu crítica al crítico

2.       La puntuación en la vida se limita a algún punto y aparte y muchos puntos suspensivos.

3.       Si el amor llega tarde lamento decir que a menudo se li mi ta a deseos y sueños incumplidos.

4.       Si eres fanático de algo normalmente eres incapaz de pensar en nada.

5.       Si no eres capaz de organizar tu vida seguramente eres un caos personal.

6.       El pensamiento no puede estar atrapado, sólo puede ser libre.

7.       No hay nada puro que no sea impuro.

8.       Quien no sabe escuchar difícilmente sabrá pensar.

9.       El amor puede aguardar el paso del tiempo en tu interior a la espera de que llegado el momento sus fuegos artificiales cobren nueva vida.

10.    Consumimos para dejar de ser individuos y ciudadanos, para liberarnos de la pesada obligación de tener que llevar a cabo elecciones fundamentales.

11.   Fuera de la iglesia no hay salvación. Un dogma creado para controlar y que pervive en nuestra sociedad mucho más allá de lo eclesial para ser dogma también de las instituciones políticas, sindicales y del resto de religiosas.

12.   Fuera de la iglesia no hay salvación. Fuera de la iglesia sólo hay pecado. Se trata de una necesidad de establecer una frontera ideológica entre un ellos y un nosotros. Ellos, por definición dogmática, siempre están en el error; la verdad no se encuentra en una creencia sino en un espacio.

13.   Extra Ecclesiam nulla salus, es la necesidad del nosotros frente a un ellos, es la necesidad de un pensamiento líquido fácilmente moldeable y excitable, en el que faltan argumentos y sobran tripas. Vísceras sobre las que se construye la fidelidad que ha de premiarse. No se busca inteligencia, se busca complicidad. No se busca riesgo se desea seguridad.

14.   Entre el placer y el dolor me ha gustado cabalgar. Más tormento cuanto más lejos te ibas. Más deleite cuanto más te reencontraba.

15.   Dios es laico, no tiene religión, no la necesita. Son los hombres los que se empeñan en inventarlas, en crearlas para poder atraparlo, entenderlo, o quizás gobernarlo. Esfuerzo inútil porque Dios es por definición inatrapable, inabarcable, incomprensible, ingobernable, se escurre entre nuestros dedos al intentar asirlo y sólo nos queda la sensación, quizás ilusoria, de que alguna vez llegamos a tocarlo.

16.   Nos corresponde a nosotros la última palabra, somos responsables, somos libres, pero nadie nos librará de las preguntas, ni del dolor en la búsqueda de sus respuestas. Dios sólo sobrevive en la laicidad, los símbolos nos ayudan a expresarnos, pero nadie es dueño de ellos, ni los símbolos ni ese nadie puede o debe someternos.

17.   Un raro, demasiado vulgar como para brillar entre los demás y también demasiado distinto como para reconocerse en ellos. Quizás la peor especie de raro.

18.   Quizás sea esa la libertad: la condena de ser raro, obligado a ser distinto, a ser uno entre los demás. Siempre uno. Siempre un nosotros del que no formo parte.

19.   Entonces ríes y desconectas con una boca compañera, y sigues siendo tú, ese raro del espejo. Pero no importa, ríes. Entonces lloras y te desahogas alrededor de un corazón amigo, y sigues siendo tú, ese raro al que estrangularías algunas veces. Pero no importa, lloras, y te desahogas.

20.   Asumes como objetivo de tu vida, la máxima y mejor expresión de la rareza, aquella que nunca alcanzarás del todo: ser bueno. Espontáneo y bueno, atrevido y bueno, sincero y bueno, amigo y bueno, crítico y bueno, solidario y bueno, misericordioso y bueno. Y descubres que es un privilegio poder llegar a ser raro y bueno a la vez.

21.   . Un pensamiento propio que queda reducido al ámbito de lo privado no pasa de ser mera masturbación destinada al goce personal, a la autojustificación.

22.   A veces uno queda atrapado en el adjetivo calificativo con el que se siente identificado siendo incapaz de dar un mínimo paso que le haga sacar un pie de allí.

23.   Uno difícilmente sabe lo que es estar en el cielo si antes no ha estado en el infierno.

24.   La vida es un paréntesis entre dos suspiros, el del nacimiento y el de la muerte.

25.   Es monstruoso descubrir en quien admiramos y/o queremos que también es humano, que también desea fieramente, que su cabeza también imagina transgresiones, vilezas, aunque queden reducidas a desahogos en una caja cerrada de pensamientos, que su vida también tiene lunares, zonas pantanosas en las que esa persona es la primera que se ha visto atrapada, que el “perfecto” también necesita comprensión, que el “fuerte” también necesita ayuda, que esa realidad no nos permite parasitarnos en la fascinación sino que nos exige iniciativa, tomar decisiones, esfuerzo, cambiar la mirada, cuestionarnos la que tenemos ante la vida y las vidas, romper la comodidad y aceptar que la vida es como es y no como quisiéramos que fuera.

26.   Necesifamors  establecer la “otredad”, la diferencia y, con ello, establecer desde un reparto desigual de derechos hasta la total negativa, pudiendo llegar a la negativa de la misma existencia. Conservar “lo nuestro”, expulsar al extranjero, “limpiar” nuestro territorio, mantener el poder.

27.   Lo que hace grande el esfuerzo no es la perfección sino la imperfección, lo que nos hace mejorar no es lo conseguido sino lo que nos resta por conseguir, lo que nos hace sabios no es la ausencia de errores sino nuestra capacidad para reconocerlos y aprender de ellos, lo que nos puede hacer modelos no es lo inalcanzable que pudiera haber en nosotros sino lo que se puede encontrar al alcance de otros; lo que nos ayuda de verdad es el encuentro de carencias y de anhelos de superación comunes y diferentes, es aquello que tenemos que nos hace plenamente humanos, únicamente humanos.

28.   La capacidad de amar permanecerá en nuestras manos mientras tengamos consciencia.

29.   ¿Qué no nos debemos dejar arrebatar? La capacidad de la sonrisa, el compromiso de no extender gratuitamente nuestro dolor a los demás, aprender a llorar riendo o a reír llorando; la disposición para la caricia, con las manos, con el rostro, con la mirada, con el cuerpo entero; la sabiduría de la humildad, del dolor que te hace más humano, más receptivo, más sensible, más permeable, más lúcido, en la medida en que aumenta tu aptitud para la empatía y van desapareciendo tus residuos de fanatismo y disminuyen tus prejuicios.

30.   Si el Mal es la certeza vital de que la vida y la muerte es patrimonio de cada uno y que facilitar esta última o dar la muerte es, a veces, un acto de misericordia, que morir también es un acto de libertad y vivir no puede convertirse en una condena, entonces, se encuentra entre nosotros, yo soy el Mal.