El sexo no
es la respuesta, es la pregunta. La respuesta es “sí”
GRAFITTI CALLEJERO
Creo que el
cuerpo nunca se hace tan presente como cuando decide darte la espalda. Los
problemas de sexualidad e intimidad son frecuentes en la esclerosis
múltiple, la impotencia, la
disminución de la excitación, la pérdida de sensación que lleva al placer. El cuerpo te da la espalda, también el placer. El
cuerpo como objeto de placer se vuelve esquivo para derivar en un objeto de
sufrimiento (Cuerpo roto,/ barro seco y
quebradizo,/ grietas por donde se escapa la vida.) Condenado a sublimar el
instinto sexual para sobrevivir al hiperdesarrollo de la razón, a transformar
los deseos en meras palabras (Te daré la
palabra / pero me gustaría entregarte el cuerpo; / un cuerpo transgresor y
transgredido, / un cuerpo de burdel y lenocinio, / un cuerpo de esperma y
sudor, / un cuerpo que hablara con sus manos y sus pies, / un cuerpo que me
reviviera, / gritara, / llorara, /
riera, / que estallara de existencia. / Y sin embargo, te daré la palabra, / la
incolora, / la inodora, / la insípida palabra; / y le daré forma, / y le daré
carne / y le daré sexo. / Pero me gustaría entregarte el cuerpo.). Pero el
cuerpo sigue estando ahí, no
deseado pero deseando, a la espera de ser visto y tocado, niño pequeño
esperando ser elegido, necesitado de sentirse vivo a través de la caricia pero
también a través del dolor. Puede que desaparezca el sexo pero no la sexualidad,
cada vez más silenciosa pero cada vez más urgente, anoréxica y bulímica a la
vez, forzado a perder el apetito sexual y con un hambre exagerada e insaciable
tras esa negación. (Soy cuerpo hambriento
de caricias. / Tocadme, besadme, lamedme, sobadme. / Frágil esquife perdido a
la deriva. / Mordedme, arañadme, rompedme, violadme. / Curvas sin dueño,
torrente sin vía. / Cogedme, domadme, desgastadme, atrapadme. / Huérfana piel
de deseo sin medida. / Rozadme, / sentidme, / queredme, / abrazadme.) Es la dificultad o la imposibilidad para la eyaculación,
para el orgasmo, es, de igual manera, la dificultad para la caricia
transformada en una sensación agresiva, condenada a la necesidad de sublimar su
desagrado, a concentrar el deseo en la mente. Hecho al papel activo ahora toca
ser pasivo. ¿Quién quiere ser mi dueña? ¿Quién quiere jugar conmigo? (Quiero ser sólo carne, / sensaciones
primarias y placenteras, / barro que moldear con las manos, / soplo, aliento
vital, / enredaderas creciendo entre los cuerpos, / abrazo apasionado y
sudoroso, / mirada y verbo encerrado en ella. / Se me han rebelado las
palabras, / el pensamiento me ha hecho preso.) Es el cuerpo no querido que
tú mismo detestas, ¿qué vida sexual será posible si yo mismo me odio? Es
necesario el reencuentro contigo mismo, es lo único que está a tu alcance,
consciente de que el pensamiento también forma parte de él, no es algo ajeno a
los sentidos, es un potente órgano sexual. (Cuerpo
repudiado, viudo de dedos, / materia moldeable, ¿quién será tu alfarero? /
Barro sin más, masa informe. / ¿De qué servirán las palabras que creas? / Solo
tú eres verdad, solo las huellas que en ti dejan, / las cicatrices que me han
sido grabadas, los gemidos que me han arrancado. / ¿Dónde irá el humo que
esparces si en ti queda el fuego que me consume? / Necesito aventar las
mentiras que me cubren / hasta dejarte al descubierto certeza desconocida, /
autenticidad rechazada.) Se trata de descubrir la sensualidad que se
encierra en pequeños placeres, de permitirse el hedonismo a nuestro alcance (Soy un hedonista que no ejerce, / arquitecto
del placer viviendo a la intemperie, / fugaz sombra de los sentidos, / reo de
la razón, / exiliado en los sueños, / patrón de un barco a la deriva de todas
las marejadas, / muerto deseando vivir, / vivo deseando morir.) Puedes
resignarte a la renuncia o también atreverte, si puedes, a experimentar nuevas
prácticas, incluidas la que bordean la perversión. El concepto perversión se
encuentra cargado de mucha moralina. ¿Qué es lo pervertido sino lo que daña al
otro o a ti mismo? ¿Pero es el placer un daño? Nunca, salvo que lo encuentres
en el daño ajeno. Pueden ser muchos los caminos del placer a descubrir: el
placer de la mirada, el erotismo de la mirada es un espectáculo en sí mismo,
aunque sea minimalista; el placer que se encierra en la palabra, en la
narración, en la confidencia, en el susurro; la capacidad de la boca y la
lengua como órgano activo casi ilimitado. Hay mucho erotismo por descubrir, el
de la obscenidad, ¿quién
decide lo inconveniente? ¿Quién
lo inmoral? ¿Dónde se
encuentra lo sucio? Si no hay daño en otro qué falta de moralidad puede haber.
En la sexualidad no hay problema de estética, lo sucio o limpio únicamente
reside en nuestra cabeza. La frontera del bien y del mal sólo se encuentra en
el otro. No puede haber ética que sin afectar a nadie se empeñe en ir contra
uno mismo. Cuando el ser humano va quedando atrapado en su cuerpo, su cabeza,
al menos, si es posible, ha de ser libre, pero no habrá libertad mañana si no
es libre hoy. Su ejercicio de dictadorzuela se volverá contra sí, esto no será
ni moral ni inmoral, será sencillamente estúpido. Los límites no pueden ser
cercas alrededor de la felicidad, transgredir un limite no importa si el límite
es pura represión sin más sentido, el límite eres tú, el límite es ella/él; el
de la caricia, lenta o desbocada, tímida o audaz; el de aquello a lo que no te
atreviste; el de la imaginación. Es el momento de hacerlo. Pero conviene
diferenciar bien entre la fantasía y la realidad, si no es así los nuevos
caminos pueden convertirse en un laberinto en donde no encontrar la salida. (Desnúdate y baila frente a mí, / acaricia tu
cuerpo mientras lo haces, / la vela
se derretirá entre mis manos / y el corazón golpeará las paredes de mi boca. /
Mírame fijamente mientras bailas, / no sonrías, no digas nada, únicamente
mírame. / Yo me encerraré en el
redondel de tu pupila / y el
movimiento de tu cuerpo alzará los barrotes de mi celda. / Enrédame en la tela del deseo / abandonado
al compás de tus caprichos / seré
feliz desde mi propia nulidad. / Solo te pido que cuando te canses, no me
despiertes del sueño.). El cuerpo ya no te acompaña pero tu cabeza vuela,
la carne te mantiene encerrado pero tu cerebro se ha vuelto espíritu. El placer
ha de traerte una sonrisa y esa sonrisa no tiene precio. Una sonrisa, la tuya,
que ha de ser la de todos; una sonrisa, la de todos, que ha de ser la tuya. ¿Quién determinó la supremacía del llanto? En la
imagen de la Piedad hoy estás tú entre sus brazos y esa piedad nunca deberá de
ser mojigata. El cuerpo que se te niega es todo sexualidad, cualquier contacto
enciende las llamas, cualquier generosidad te hará llorar… de alegría.
Hola Jesus!!!soy Laura!!! Como dijo Jhon Lennon....todavia seguimos.en.un mundo.donde la gente se esconde para hacer el amor...pero la violencia se vive a plena luz del.dia!!
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