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martes, 11 de enero de 2011

LUGARES COMUNES (4): Los derechos del docente



4. LOS DERECHOS DEL DOCENTE.


Un ramillete de lugares comunes.

Las reuniones son una pérdida de tiempo. Todo se soluciona a base de reuniones, lo único que se consigue es quitarnos tiempo para las tareas que realmente importan. Nosotros de hecho nos estamos reuniendo siempre porque siempre estamos juntos.

Es verdad, las reuniones son una pérdida de tiempo, pero, ¿lo son por definición o porque nosotros las hacemos así? ¿Sabemos reunirnos? ¿Sabemos hablar, dialogar, exponer nuestros puntos de vista, llegar a acuerdos, tomar decisiones? ¿Queremos exponer nuestros puntos de vista? ¿Queremos llegar a acuerdos? ¿Queremos ceder parte del poder de nuestro reino de Taifas? Como no sabemos, como no queremos, por eso nos reunimos mal, en cualquier momento y de cualquier manera, por eso gastamos nuestro tiempo en comentarios sin ninguna pretensión, por eso hacemos corrillos, por eso nos reunimos cuando estamos agotados, por eso reducimos el tiempo real de reunirnos, llegamos tarde, nos vamos pronto, no hablamos por no alargar la reunión. Por eso, porque las reuniones son una pérdida de tiempo.
¿Son necesarias? ¿Es necesario el trabajo en equipo? ¿Es necesario planificar en común? ¿Es necesario llegar a acuerdos que afecten a la vida del centro? ¿Es necesario que esos acuerdos lo sean con la participación de todos, con el esfuerzo de todos, con la opinión de todos, con la decisión firme y auténtica de todos de llevarlos a cabo? ¿Qué sacrificamos al no reunirnos? ¿Qué modelo de centro y de educación ponemos de manifiesto?


Séptimo ramillete de lugares comunes.

La libertad de cátedra es esencial, incuestionable.

¿Qué entendemos por libertad de cátedra? ¿A qué ámbitos es aplicable? ¿Supone el derecho de todo profesor a vetar en la práctica cualquier posible acuerdo? ¿Qué consecuencias tiene? La imposibilidad real de que un centro educativo pueda establecer una planificación a corto, medio y largo plazo ya que ésta siempre estaría expuesta al ir y venir de los docentes y a su aceptación mayor o menor de lo planificado. La imposibilidad de planes sincrónicos y diacrónicos. Solución: no hay planificación. Los proyectos educativos de los centros están redactados en unos términos absolutamente generales y descansan en los cajones de algún mueble del colegio sin que sea necesario su conocimiento, y menos su seguimiento por el profesorado que llega a él. Pasa que las PGA son como su nombre indica una programación limitada a un año y que muchas veces no se realizan por consenso sino por acumulación.


Conclusiones teóricas.

La enseñanza y sus formas es un derecho del docente.

Somos funcionarios públicos educativos para todos los ciudadanos, en especial para aquellos que más nos necesitan. No hablamos de un derecho corporativo a ejercer cada uno la docencia como dios le dé a entender, hablamos de un derecho público de la ciudadanía a recibir una educación útil, completa y justa. Nosotros somos los trabajadores encargados de hacerlo posible. El derecho fundamental es el del alumnado a recibir una educación coherente a lo largo de su escolaridad que exige un tratamiento sincrónico y diacrónico durante ese tiempo. A nosotros se nos paga para conseguir esa coherencia, para intentarlo. La enseñanza es un derecho del discente, el centro educativo público es de la sociedad y en especial de la comunidad educativa que asiste a él no del profesorado que ejerce en él su docencia, esto debe marcar un matiz fundamental entre la organización y funcionamiento de los centros públicos y los privados.


Establecimiento de una colegialidad artificial. Balcanismo. Individualismo real.

Los órganos de coordinación y gobierno se reúnen, ejecutan los órdenes del día a los que prescriptivamente tengan que llegar, rellenan sus actas y sus calendarios aparecen reflejados en la PGA y en la Memoria. Muchas veces pura artificialidad. Hacemos lo que se nos dice que hay que hacer sabiendo además que nadie nos va a exigir que lo hagamos de otra manera, bastará con que quede reflejado en los correspondientes papeles. Con el término balcanismo (que no es mío) me refiero una organización configurada en torno a espacios cerrados en la que se pierde la visión del conjunto del proyecto educativo del centro. “El culto al individualismo ha infectado profundamente la cultura ocupacional de los profesores” afirma A. Hargreaves . Ese culto al individualismo genera a la vez una cultura del aislamiento que limita profesionalmente al docente a la vez que es “el caldo adecuado para el cultivo del pragmatismo, la pasividad, la reproducción conservadora o la aceptación acrítica de la cultura social dominante” (A. I. Pérez Gómez , 1998).

Un ramillete de consejos

 Ningún sitio es ideal para trabajar, en todos los sitios hay cosas buenas y cosas malas. La clave es apuntarse a las buenas.
 El trabajo en equipo es necesario su eficacia depende fundamentalmente de nosotros, de cada uno de nosotros. No nos busquemos argumentos espurios para justificar el individualismo y la desidia.
 No basta con programaciones individuales anuales, son imprescindibles planificaciones sincrónicas y diacrónicas de centro.
 En el sitio más inhóspito una persona marca la diferencia.

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