La noticia de estos últimos días acerca de la mafia china y el blanqueo de capitales parece haber disparado una obsesión contra todo lo chino, todo esto me ha provocado algunas reflexiones:
- De unos años acá recuerdo haber tenido conocimiento de tramas semejantes de blanqueo de capitales que han tenido lugar en diferentes zonas de nuestro país y llevadas a cabo por compatriotas que incluso podían hacer gala de muy españoles. ¿Quiere esto decir que si la trama se desarrolló en Andalucía debemos sospechar de todos los andaluces, si fue en el País Valenciano debemos hacerlo de todos sus residentes, si en Galicia de todos los gallegos, si en Madrid de todos los madrileños?
- La fuga de capitales, desgraciadamente, ha sido una práctica habitual en nuestro país, basta leer algunos artículos, este que incluyo muy extendido por todo Internet (La banca, el fraude fiscal y el New York Times) y noticias (La fuga de capitales en España: el último que cierre), esta noticia referida solo a la fuga de capitales que medianamente se controla. Los sujetos protagonistas de esta huida de dinero tienen nombres y apellidos, la mayoría de ellos, al menos la parte fundamental, ligados a la banca y a empresas españolas de renombre internacional. ¿Quiere esto decir que no han de utilizarse bancos de cuya práctica haya esa sospecha ni comprar en empresas, bajo diferentes marcas, que se encuentren en la misma situación por muy españolas que sean? ¿Es más llevadero si el que me roba es español?
- Las opiniones que se vierten acerca de que los chinos nos están robando el dinero a los españoles me suenan igual que esas otras que dicen que “los españoles” les estamos robando el dinero a los “catalanes”. Se trata del mismo proceso de pensamiento en la misma estructura mental. El pensamiento es el mismo, su formulación solo depende de donde haya nacido uno.
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