Ilustraciones realizadas y propiedad de
Irene Gutiérrez Lenguas
Mi
casa es un planeta que gira y gira sin parar. En él caben todos los colores:
blanco, negro, rojo y amarillo, y todos los idiomas. A menudo no entiendo nada
pero me gusta ver tanta variedad.
Mi
casa es un musical en el que suenan muchos instrumentos: guitarras, pianos,
saxos y violonchelos. Timbales y tambores. Los amigos de mis padres los tocan y
cantan canciones. Casi siempre terminamos cantando todos, aunque unos mejor que
otros.
Mi casa es un
restaurante de alto copete. Mi padre usa el delantal y mi madre la chaqueta del
maître. Podemos comer tacos y fajitas, todos los tipos de arroz, alubias y
frijoles, las comidas de mis padres y las de sus amigos. Siempre hay un asiento
en la mesa para el que llega. Yo como de todo, o casi todo.
Mi
casa parece un parlamento, se habla y se habla sin parar. Hay opiniones para
todos los gustos, los que creen y los que no, los que saben y los que no, los
de n lado y los de otro. A veces parece que regañan pero siempre terminan en
abrazos. Yo a menudo me aburro y me duermo y mis padres me llevan en brazos a
la cama.
Mi
casa es como una gran familia. Siempre
hay besos a la entrada y besos a la salida, y besos entremedias. Cuando hay que
reír se viene a reír, cuando hay que llorar se viene a llorar, a veces toca
alegrías y a veces tristezas, pero siempre hay una mano tendida, unas veces la
nuestra y otras la de ellos.
Mi
casa a veces parece una pensión, siempre hay un plato en la mesa y una cama por
deshacer, a veces los conozco y otras veces no. Ya no sé quien tiene llaves de
la puerta. Lo peor es que algunos roncan mucho.
En
mi casa nunca me siento solo ni desanimado. Aunque parezca una locura, como
dicen mis padres, es una feliz locura.
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