El axioma extra Ecclesiam nulla salus ―"fuera de la Iglesia no hay salvación"―, que enunció san Cipriano, es un dogma de la Iglesia Católica Apostólica Romana y fue introducido en el IV concilio de Letrán, en la bula Unam sanctam, de Bonifacio VIII y en el concilio de Florencia.
Leí hace tiempo un artículo del escritor Suso de Toro en el diario El País en el que en torno a una reflexión sobre vida y literatura realizaba la siguiente afirmación “…en España, con una cultura social fundada sobre la moral católica y que no exige coherencia a un autor: aquí más bien se le pide complicidad, lo leemos si es de los nuestros”. Un comentario que puede aplicarse ahora al revuelo levantado con la concesión del Premio Nobel al genial Vargas Llosa.
Es innegable el reflejo que tal axioma tiene en toda la política (no se puede aplicar otro nombre) que la Iglesia Católica ha practicado durante estos últimos años en España, y es innegable que tal política sólo responde a una intención de conservación de poder, de estatus, de posición social primigenia. Pero también es innegable que en una cultura social fundamentada en esa moral católica es extremadamente difícil erradicar un dogma que no en vano es un fundamento capital, un principio básico de una doctrina, de una manera de pensar, de una estructura de pensamiento y de comportamiento. Un dogma creado para controlar y que pervive en nuestra sociedad mucho más allá de lo eclesial, disfrazado a veces de secularización y modernidad.
Fuera de la iglesia no hay salvación. Fuera de la iglesia sólo hay pecado. Se trata de una necesidad de establecer una frontera ideológica entre un ellos y un nosotros. Ellos, por definición dogmática, siempre están en el error; la verdad no se encuentra en una creencia sino en un espacio. El cambio de espacio no modifica el axioma, fuera de este nuevo espacio, de esta nueva iglesia, no hay salvación.
Extra Ecclesiam nulla salus, qué si no esto representa todo el discurso simplista hasta extremos inclasificables, fuertemente sectarista que predomina en las iniciativas políticas, sindicales, eclesiales... Extra Ecclesiam nulla salus, es la necesidad del nosotros frente a un ellos, es la necesidad de un pensamiento líquido fácilmente moldeable y excitable, en el que faltan argumentos y sobran tripas. Vísceras sobre las que se construye la fidelidad que ha de premiarse. No se busca inteligencia, se busca complicidad. No se busca riesgo se desea seguridad. Un nosotros que nos justifica en la medida en que la existencia de un ellos da razón de ser a nuestra caricatura de pensamiento. Y sobre ese axioma hemos crecido y hemos ido construyendo nuestras instituciones y hemos conformado nuestra estructura mental y hemos conformado también nuestra estructura moral.
Sin embargo, sólo fuera de este axioma hay salvación, la del pensamiento crítico, la de la libertad, la del crecimiento moral y humano, la de la inteligencia; aunque sea a costa de la condenación de los mediocres agarrados a su tabla de salvación extra Ecclesiam nulla salus sin entender que sólo van camino de la catarata.
Leí hace tiempo un artículo del escritor Suso de Toro en el diario El País en el que en torno a una reflexión sobre vida y literatura realizaba la siguiente afirmación “…en España, con una cultura social fundada sobre la moral católica y que no exige coherencia a un autor: aquí más bien se le pide complicidad, lo leemos si es de los nuestros”. Un comentario que puede aplicarse ahora al revuelo levantado con la concesión del Premio Nobel al genial Vargas Llosa.
Es innegable el reflejo que tal axioma tiene en toda la política (no se puede aplicar otro nombre) que la Iglesia Católica ha practicado durante estos últimos años en España, y es innegable que tal política sólo responde a una intención de conservación de poder, de estatus, de posición social primigenia. Pero también es innegable que en una cultura social fundamentada en esa moral católica es extremadamente difícil erradicar un dogma que no en vano es un fundamento capital, un principio básico de una doctrina, de una manera de pensar, de una estructura de pensamiento y de comportamiento. Un dogma creado para controlar y que pervive en nuestra sociedad mucho más allá de lo eclesial, disfrazado a veces de secularización y modernidad.
Fuera de la iglesia no hay salvación. Fuera de la iglesia sólo hay pecado. Se trata de una necesidad de establecer una frontera ideológica entre un ellos y un nosotros. Ellos, por definición dogmática, siempre están en el error; la verdad no se encuentra en una creencia sino en un espacio. El cambio de espacio no modifica el axioma, fuera de este nuevo espacio, de esta nueva iglesia, no hay salvación.
Extra Ecclesiam nulla salus, qué si no esto representa todo el discurso simplista hasta extremos inclasificables, fuertemente sectarista que predomina en las iniciativas políticas, sindicales, eclesiales... Extra Ecclesiam nulla salus, es la necesidad del nosotros frente a un ellos, es la necesidad de un pensamiento líquido fácilmente moldeable y excitable, en el que faltan argumentos y sobran tripas. Vísceras sobre las que se construye la fidelidad que ha de premiarse. No se busca inteligencia, se busca complicidad. No se busca riesgo se desea seguridad. Un nosotros que nos justifica en la medida en que la existencia de un ellos da razón de ser a nuestra caricatura de pensamiento. Y sobre ese axioma hemos crecido y hemos ido construyendo nuestras instituciones y hemos conformado nuestra estructura mental y hemos conformado también nuestra estructura moral.
Sin embargo, sólo fuera de este axioma hay salvación, la del pensamiento crítico, la de la libertad, la del crecimiento moral y humano, la de la inteligencia; aunque sea a costa de la condenación de los mediocres agarrados a su tabla de salvación extra Ecclesiam nulla salus sin entender que sólo van camino de la catarata.
¡Olé!, Jesús. Yo de mayor quiero poder decir las cosas tan bien como las dices tú. Aunque ya sabes que yo soy más bien "inmanentista". En realidad, me inclino a pensar que o nos salvamos todos aquí o aquí no se salva ni dios.
ResponderEliminarDefendiendo la fe católica y el dogma: Fuera de la Iglesia Católica no hay absolutamente ninguna salvación; desenmascarando la falsa contra-Iglesia del Vaticano II en nuestro libro: La Verdad sobre lo que pasó en realidad a la Iglesia Católica después del Vaticano II ; demostrando la prueba bíblica para las enseñanzas doctrinales de la Iglesia Católica y mucho más
ResponderEliminarwww.vaticanocatolico.com
El Dogma Fuera de la Iglesia Católica No Hay Absolutamente Ninguna Salvación y la necesidad del Sacramento del Bautismo y las refutaciones del bautismo de deseo
ResponderEliminar-El libro más compresivo, hechos, argumentos y artículos sobre la enseñanza dogmática de la Iglesia Católica sobre Fuera de la Iglesia No Hay Salvación y sobre la controversia del bautismo de deseo-
Por el Hno. Pedro Dimond
Leer el libro completo aquí: Fuera de la Iglesia católica no existe la salvación
Amén
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