Me llamo Jesús Mora y soy amigo de Luis de Marcos. Hace dos días conocí su
deseo de morir y para eso ha iniciado una campaña en Facebook demandando la
legalización de la eutanasia. Le comprendo, yo, como él, tengo esclerosis
múltiple aunque mi estado físico no haya llegado todavía al extremo del suyo.
Comprendo su sufrimiento, comprendo su agotamiento, comprendo su deseo de
libertad para él y para todos. Yo aún no he llegado a su estado de tetraplejía,
pero no me falta mucho, mis piernas no se mueven nada ya y mis manos van camino
de ello. Desde hace 16 años tengo un dolor neuropático permanente en mi mano derecha,
es como una quemazón, como si la palma de mi mano se hubiera quemado y desde
entonces no he pasado ni un solo segundo sin esa sensación; desde hace algunos
años menos también tengo esa sensación
en mi mano izquierda, también tengo diariamente espasmos dolorosos en
las piernas. No es necesario entrar en detalles del resto de síntomas que
acompañan a estos y del grado de dependencia que esto supone. No es extraño
pues que llegado al punto en el que Luis se encuentra uno se encuentre agotado
de respirar, pues a esto termina limitándose su vida. No se trata de amor a la
muerte ni de odio a la vida, Luis ama esa vida, doy fe de su personalidad
vitalista, es por eso por lo que ya no aguanta ese sucedáneo de vida en el que
se encuentra. Podéis empeñaros en
negarle ese derecho, el de la muerte como parada cardiorrespiratoria
definitiva, pero llegado a ese punto uno sabe que la muerte ya ha llegado
aunque el corazón todavía lata. Únicamente lo que se logra es prolongar esa
muerte de forma indefinida. Es por eso por lo que pienso en vuestro perro, el
que tenéis o podríais tener, con toda seguridad no soportaríais contemplar
diariamente su sufrimiento, su incapacidad de moverse, sus espasmos continuos,
sus ladridos de queja. Con toda seguridad ya lo habríais llevado al veterinario
para que pusiera fin a ese sufrimiento. ¿Vale menos la vida de Luis, o la de
todos nosotros, que la de vuestro perro? ¿Qué Dios ha puesto un precio tan
desmesurado a las nuestra? ¿En qué Dios tan falto de piedad creéis incapaz de
un gesto que vosotros por humanidad tendríais con vuestro perro? ¿De qué tenéis
tanto miedo vosotr@s polític@s que no os importa dejar morir con tanto
sufrimiento? La política es un ejercicio de responsabilidad y esta
responsabilidad hay que asumirla ante el ciudadano no ante el aparato de
vuestro partido. Son las consecuencias que vuestras decisiones tienen para eso
ciudadanos, no para vuestra organización, lo que hay que tener en cuenta. La
vida es demasiado maravillosa como para dejarla en manos de cínicos o cobardes
y que se haga de ella un infierno. No me valen filigranas dialécticas para
ocultar vuestro miedo. Sabéis que el tema de la eutanasia ya está
mayoritariamente asumido por nuestra sociedad, el que lo sigáis aplazando sólo
responde a intereses partidistas y que no basta con los legítimos derechos del
paciente expresados en el actual testamento vital. El momento es ahora, aplazarlo
sólo pondrá de manifiesto la procrastinación de vuestra organización, el
irritante trastorno del comportamiento estructural que supone. Ayudad a Luis y
ayudémonos todos. No está escrito el futuro cercano de nadie en el horizonte,
por eso, tampoco el vuestro.
Jesús, ya sabes que me produce mucho dolor leer esto que has escrito pero que me produce un dolor más agudo participar de la inacción frente a esta injusticia y atropello del derecho a una muerte digna. Muchos sabemos que, llegado el momento, solo el amor puede producir la generosidad necesaria para dejar marchar a quienes más queremos.
ResponderEliminarUn beso muy grande
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