- La vida es un instante repleto de eternidades.
- Descendiendo a lo más pequeño y lo más profundo es cuando soy capaz de alcanzar mi máxima altura.
- Deja libre alguna vez la rabia para poder ejercer la ternura.
- Cuanto más tiempo dediques al pensamiento más lejos podrá llegar tu acción.
- La teoría sobre la vieja práctica es necesaria para hacerla nueva.
- Está sólo un poco de ti en lo que dicen tus palabras. Cierra la boca y simplemente mírame.
- Para poder permanecer en tu vida es necesario qué me pongas freno.
- No merece la pena que vivas conmigo si no soy capaz de lograr que puedas vivir sin mí.
- Si he de olvidar mi cuerpo es necesario que tú lo poseas.
- Deseoso llego a la puerta de tu casa sin saber con exactitud a donde llego.
- Cuanto más voy en busca de la vida más se presenta la muerte ante mí. Cuanto más dejo que sea la vida la que se acerque menos hace su presencia la otra.
- Mi muerte no es un punto final sino los puntos suspensivos que mis hijos se han de encargar de escribir.
- El laberinto no tiene salida, la salida es el propio laberinto.
- Todo lo negativo puede tener su cara positiva.
- Como puedo dar tanto calor con tanto frío como tengo.
- Tú que ya me has visto desnudo, ¿con qué difraz podré presentarme ante ti?
- Vivir en uno es vivir en otros.
- Lo que nos hace grandes no es la perfección sino el esfuerzo por salir de la imperfección.
- Lo que nos hace mejorar no es lo conseguido sino lo que nos resta por conseguir.
- Lo que nos hace sabios no es la ausencia de errores sino nuestra capacidad para reconocerlos y aprender de ellos.
- Lo que nos puede hacer modelos no es lo inalcanzable que puede haber en nosotros sino lo que se puede encontrar al alcance de otros.
- Una crisis no es un abismo sino un interrogante pero vivimos en una sociedad en la que todo interrogante ya puede ser un abismo.
- No hay estabilidad sin desequilibrio, todo ocasional todo permanente.
- En la vida el objetivo de alcanzar la montaña no ha de ser quedarse en ella sino poder vislumbrar el horizonte.
- La derrota es compañera inseparable de la victoria en cuanto alardeamos de ésta ya estamos empezando a perder.
-
Lanzo este mensaje al mar esperando que otro naufrago lo encuentre y le sea de utilidad.
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sábado, 31 de enero de 2015
PENSAMIENTOS: CONTRADICCIONES Y COMPLEJIDADES
sábado, 24 de enero de 2015
CUESTIONES QUE NO CONVIENE PREGUNTARSE
LA PARTE Y EL TODO
Podrá
eternizarse la discusión sobre dónde reside la soberanía si en la parte o en el
todo. Se eternizará en la medida en que la parte (Cataluña) se considera todo,
y el todo (España) les niega esa consideración y por lo tanto les niega ser
sujetos con soberanía propia. Esta negación supone no sólo que la parte no
puede decidir por sí sola su condición sino que se le niega incluso un papel específico y
cualificado en tal decisión. El padre puede mantener al hijo mayor de edad
encerrado en casa en contra de los deseos de este.
Pero el
conflicto parte/todo no es, ni mucho menos, tan simple, el problema se llama
nacionalismo, este siempre se considera todo negando a la parte tal
consideración. Se diga lo que se diga hay una obviedad: Cataluña forma parte
actualmente de un todo que es España, del mismo modo que la provincia de
Tarragona forma parte de otro todo que es Cataluña, del mismo modo que la
comarca del Montsià forma parte de otro todo que es la provincia de Tarragona y
del mismo modo que la ciudad de Amposta forma parte del todo que es la comarca
de Montsià. Todo ello no deja de ser un artificio, es decir una creación humana
que tuvo su comienzo y tendrá su final. El nacionalismo español niega al
catalán su voz propia del mismo modo que este negará a sus provincias, comarcas
y pueblos su soberanía. La estructura ideológica (y mental) es la misma en
ambos nacionalismos únicamente difiere el color de la bandera que se ondea.
Todo
nacionalismo mitifica la ficción que ha construido, niega su carácter
artificial y, por lo tanto, accidental para otorgarle uno esencial,
constitutivo, básico, intocable. El nacionalismo español negará al catalán su
soberanía en base a que el único todo es España (un todo que históricamente ha
tenido un carácter inestable en cuanto al territorio geográfico al que ha hecho
referencia y a la/s estructura/s política/s de las que constaba) del mismo modo
que el catalán haría lo mismo con cualquiera de sus provincias o comarcas en
base a que el único todo con carácter soberano es Cataluña (un todo que igualmente
ha tenido en la historia un carácter inestable). Nacionalismos que ignoran su
carácter perecedero del mismo modo que ignoran tantos nacionalismos igualmente
fundamentalistas que nacieron y se perdieron en las páginas de la historia.
Todo
nacionalismo sacrifica la parte a lo que él entiende como todo de igual manera
que sacrifica el individuo a la tribu, a lo que él llama nación. El hombre
bautiza como nación una estructura territorial y política creada por él mismo
para luego supeditarse a ella y considerarla original, anterior a sí mismo. En
esta pelea entre parte y todo es este individuo el que tiene todas las de
perder pues siempre se le negará, venga de donde venga, su carácter soberano.
ESQUERRA Y
NACIONALISMO
Hace unos años
Esquerra Republicana argumentaba para distanciarse de CiU que ellos eran
independentistas no nacionalistas. No sé si continúan diciéndolo, no lo he
vuelto a oír. Izquierda y nacionalismo son términos difícilmente conjugables,
todo nacionalismo es excluyente, es lógico que E.R. pretendiera distanciarse de
esta asociación y también es lógico que envuelta en la marea nacionalista y
electoralista que ella misma ha potenciado, se haya olvidado de esta obligación
ideológica, que no necesidad, pues el nacionalismo es rentable.
La
independencia se puede argüir en base a un espíritu nacionalista en la rancia
idea que identifica lengua, nación y estado y que busca encubrir toda miseria
en una bandera y sustituir la historia por la leyenda y el mito. Las medidas
nacionalistas son previas a cualquier otra, se convierten en prejuicios mediante
los cuales se acepta o reprueba. Es por eso que el referéndum se convierte en
la condición para que ER apoye a
CiU y la primera de esas fuerzas anuncia la declaración de independencia si
gana las elecciones como primera medida política.
La segunda razón
para la independencia es económica y por el argumentario expuesto no parece ser
otra que la que aduce Alemania frente a la Europa del sur: “malgastar el dinero
que se les da”. La Europa rica da dinero a la pobre, dinero que ésta
desaprovecha malgastándolo o apropiándoselo. Del mismo modo la España rica da
dinero a la pobre para que lo malgaste o se lo apropie. Independientemente de
lo ajustada a la realidad que esa afirmación sea no tiene nada de izquierdista
como no lo tiene Ángela Merkel.
La izquierda,
me parece recordar, era internacionalista y con una clara opción hacia los
pobres. Es posible que se diga que el internacionalismo se practica desde la
nación propia (¿?) y que la opción por los pobres se quiere practicar con los
pobres de casa no con los ajenos (¿?). Con que facilidad hemos optado por defender
los nacionalismos, bastaba con que estos fueran oposición, pero cuando ejercen
el poder, como con el traje del emperador, quedan al descubierto.

viernes, 16 de enero de 2015
MI HOGAR

Mi hogar sois vosotros,
allá donde mi sombra resplandece y se concibe sol,
donde puedo caer pero sé que seré levantado.
donde se me limpiará toda inmundicia
y el pudor no ocupará espacio alguno.
Mi hogar sois vosotros,
la carne que me revive,
mi aliento que no circula en mí,
el hombro sobre el que me reclino.
Yo soy mi hogar,
no puedo ser sin él.
En él me he construido y me mantengo,
habéis establecido mis aristas y mis vértices
y habéis puesto en mis manos el martillo y el cincel
con el que seguir esculpiéndome.
Yo soy mi hogar,
el punto en el que me encuentro
y el infinito en el que me sueño.
La soledad que me individualiza
y el vosotros en el que me reflejo.
jueves, 15 de enero de 2015
LA PROFECÍA
Es verdad que
una reducción de la jornada laboral a 35 horas facilitaría la redistribución del
trabajo y podría reducir la tasa de paro. Es verdad que la subida del salario
mínimo y la subida salarial en general así como la de las pensiones aumentaría
la demanda interna y con ello la del P.I.B. Es verdad que podría renegociarse
la deuda y acordar una quita de la misma, que se ha hecho anteriormente y que
esto disminuiría la carga sobre el estado y sobre las familias y aumentaría
nuestra capacidad de maniobra. Es verdad que la aplicación de una tasa reducida
sobre todo tipo de transacciones financieras y de una tasa sobre las operaciones
de compra y venta en el mercado bursátil llevaría a una economía productiva en
detrimento de una de carácter exclusivamente especulativo y financiero. Es
verdad que combatir el fraude fiscal y una reforma fiscal aumentaría los
ingresos públicos. Es verdad que el establecimiento de un sistema de renta
mínima garantizada aumentaría el bienestar y la calidad de vida de toda la población,
en especial de la más desprotegida. Todo esto es verdad… y falso a la vez. Es
falso que si se intentara todo esto estaríamos ante el abismo, el capital
saldría huyendo, el paro aumentaría, la prima de riesgo se dispararía, la
inversión de capital extranjero desaparecería, es falso… y puede que sea
verdad.
No es difícil
profetizar en este último sentido cuando se tiene en las manos la capacidad de
que esa profecía se cumpla. El capital siempre será bienvenido allá donde vaya,
las autopistas para sus viajes se le abrirán sin problemas, es agua que se
escapa del puño, por muy fuerte que se cierre logrará marcharse. En realidad no
se trata de profecía sino de amenaza aunque no se perciba como tal. Aunque la
definición de la situación sea falsa si es percibida como real tendrá efectos
reales. La facultad que el capital tiene para convencer es inmensa y “una vez
que una persona se convence a sí misma de que una situación tiene un cierto
significado, y al margen de que realmente
lo tenga o no, adecuará su conducta a esa percepción, con consecuencias en el
mundo real”. No es sino una
profecía autocumplida con la que el capital amenaza y que tiene en sus manos
que se cumpla. Lamentablemente la ciudadanía no percibe la intencionalidad de
esa predicción y de ese comportamiento sino que simplemente la identifica como
adecuada a la realidad. No percibe el punto mafioso de la amenaza sino que
interpreta como ajustado a la realidad el análisis de una parte y quimérico e
irrealizable el otro. No sólo la
realidad está en manos del capital, también nuestro pensamiento.
No se trata de que estemos abonados a la derrota sino de que no estamos solo ante
la necesidad de una gestión política y económica sino también ante una gestión
ideológica y moral. No basta con medidas electorales sino que estamos ante un
cambio de vida. Sólo en la medida en que seamos capaces de resistir la amenaza
del capital tendremos en nuestras manos armas para derrotarle. Limitarnos a
hablar de la gestión política sin analizar la visión de la vida que tenemos y
que llevamos a la práctica no deja de ser autoengaño y de tener su porción de
hipocresía. Se trata de tener claro que lo personal es político y que solo
podemos construir una nueva sociedad en la medida en que empezamos a
construirnos como nuevas personas.
viernes, 9 de enero de 2015
LA CASTA
¿Dónde empieza
la casta? ¿Acaso forma uno parte de ella por el mero hecho de pasar a
desempeñar una función política? ¿Puede uno usar esta generalización sin
ponerle límites? ¿Puede usarla como nombre propio y colectivo a la vez, formado
por un número ilimitado de nombres comunes sin utilizar los nombres propios e
individuales? ¿Es posible manejarla sin matizarla constantemente? Se trata de
una generalización simplista, barata, injusta y falsa. Una afirmación que forma
parte del marketing electoral que se
lanza para ser rumiada por el votante y para que de esa manera surja su
efecto, pero no para generar en el mismo la sana y siempre complicada costumbre
de pensar, es fácil no tiene costes para uno pero sí beneficios; es un velo que
se lanza alegremente sobre todos pero que no desvela nada, bajo él encontramos
personas de las que de ninguna manera podemos decir que forman una clase especial, sin
mezclarse con los demás; fuera de ella sí podemos encontrar un tipo de personas
destinadas desde antes a formar una clase especial sin llegar a mezclarse con
los demás.
¿Qué se logra
con ese apelativo? Su primer efecto perverso es estigmatizar la función
política, estigmatización que debería volverse contra uno al intentar
ejercerla. Estigma que tranquiliza y justifica de facto a quien permanece ajeno
a la misma. Recupera la vieja idea del franquismo de la política como algo
sucio. Todos deberíamos hacer como Franco, no meternos en política.
Es útil porque
culpabiliza a terceros exculpándose uno. Uno queda fuera de ella por ser quien
es y por estar donde está o no estar donde no debe. El viejo truco de marcar el
límite, dentro y fuera, aquí dentro hay salvación fuera no existe. Nosotros y
ellos, justos y pecadores. Nos exime del análisis político y personal, qué
hacemos y cómo somos. Hacemos lo que debemos hacer y somos como debemos ser
porque estamos donde debemos estar y con los que debemos estar. Quien forma
parte de ella nunca piensa que está dentro. Se trata de un problema de espacio
y de personas, ambas con una concepción maniquea según la cual hay unos señores
malos, que hay que apartar, y que en cuanto se haya hecho así, se pondrán los
buenos.
Colocar la
etiqueta supone también externalizar la responsabilidad: La casta se forma por
el comportamiento malévolo de determinadas personas. No es tan simple, la casta
la genera también el comportamiento del pueblo. El mismo pueblo que encumbra y
apedrea, el que se engancha a líderes y elude sus compromisos, el que basa su visión de la vida en un
permanente maniqueísmo: ellos y nosotros, los buenos y los malos, los con
derecho y los sin derecho, los con y los sin. Ese pueblo que soportó una
dictadura hasta su final. Un pueblo no pasa de ahí a ser demócrata.
Cuenta Bertolt
Brecht en su libro Historias del señor
Keuner la siguiente historia sobre un funcionario indispensable.
El señor K. oyó unos comentarios elogiosos a
propósito de un
funcionario que tenía ya bastante antigüedad en su cargo y del que se decía
que, por su eficacia, resultaba indispensable.
funcionario que tenía ya bastante antigüedad en su cargo y del que se decía
que, por su eficacia, resultaba indispensable.
—¿Qué significa eso de que es indispensable?
—preguntó el señor K.
irritado.
irritado.
—El servicio no funcionaría sin él —explicaron
quienes le habían
ensalzado.
ensalzado.
—¿Cómo puede ser un buen funcionario si el
servicio no funciona sin él?
—preguntó el señor K.—. Ha tenido tiempo más que suficiente para organizar
el servicio de tal forma que su persona no sea indispensable. ¿En qué ocupa
entonces su tiempo? Yo mismo os lo diré: ¡en hacer chantaje!
—preguntó el señor K.—. Ha tenido tiempo más que suficiente para organizar
el servicio de tal forma que su persona no sea indispensable. ¿En qué ocupa
entonces su tiempo? Yo mismo os lo diré: ¡en hacer chantaje!
La
indispensabilidad del líder es, en gran medida, propiciada por él. En esa
actitud se encuentra el germen que genera la casta. La casta es el
insustituible, el que se aplaude a sí mismo. Aquel que se gusta agasajar
constantemente por el elogio, todo lo contrario de la actitud del señor K.
Al enterarse de que sus antiguos pupilos le
elogiaban, comentó el señor K.:
-Cuando los discípulos ya hace tiempo que olvidaron los errores de su maestro, éste aún los recuerda.
-Cuando los discípulos ya hace tiempo que olvidaron los errores de su maestro, éste aún los recuerda.
La casta la
fomenta el que promueve el aplauso como ritual y el que aplaude, el que se cree
indispensable y el que se aferra a ese indispensable, el que excluye la duda
como estrategia electoral y el que cree que pensar es no dudar, el que
resguardado en su retórica organiza la vida social y política en dos estados,
el de los cabecillas y el del vulgo. Nadie se encuentra a salvo de ese riesgo,
pueden cambiar los usos y costumbres de la nueva casta pero no deja de ser una
nueva clase especial destinada a no mezclarse con los demás o a hacerlo
superficialmente con el único objetivo de mantener su estatus. Es esto lo que
recoge Robert M. Pirsig, en su libro Lila
“El esnobismo social se vio
sustituido por el esnobismo intelectual. Grupos de expertos, gabinetes
estratégicos y fundaciones académicas asumieron el mando del país. Se bromeaba
con que el famoso ataque
intelectual de Thorstein Veblen contra la sociedad victoriana, Teoría de la
clase ociosa, debía pasar a llamarse Ocio de la clase teórica. Había surgido
una nueva clase social: la clase de los teóricos, y se colocaba claramente, por
encima de todas las castas precedentes “
Otro
elemento característico de la casta es la manipulación del lenguaje, se trata
de decir lo que se quiere oír y silenciar lo que no se quiere, se trata de
simplificar los términos. Recientemente Juan Carlos Monedero, en una
entrevista, decía lo siguiente: Lo que
pasa es que hablar del sistema capitalista previene a la gente y ya no escucha.
¿Qué necesidad tienes entonces de ...? Si el sentido común de una sociedad es
neoliberal, ¿cómo luchas contra el sentido común? ¿A golpes?... Nosotros hemos
buscado otras fórmulas. Y decimos lo mismo pero con otro lenguaje.
¿No es esta,
de hecho, la más vieja estrategia del mercado electoral destinada a establecer
el mundo de los electores y el de los elegidos que han de educar al primero
para que responda adecuadamente a las pretensiones del segundo?
Se trata también del viejo cuento del lobo y
los cabritillos : El lobo se marchó furioso, pero tampoco dijo
nada, fue al molino metió la pata en un saco de harina y volvió a casa de los
cabritos.
¡Tan! ¡Tan¡ Abrid hijos míos,
que soy vuestra madre.
Los cabritos gritaron:
- Enséñanos primero la pata.
El lobo levantó la pata y cuando
vieron que era blanca, como la de su madre, abrieron la puerta.
Se trata de la vieja historia de esos
cabritillos, incapaces ya de descubrir en qué están siendo engañados y agotados
ya de su constante suceder. Pudiera ocurrir que se trate del lobo disfrazado de
cabritillo que se come al lobo, pero, al fin y al cabo, lobo.
Conclusión y
viceversa: el discurso no nos exime del riesgo de caer en la tentación de la
casta, podremos cambiar sus formas pero ésta seguirá existiendo. Esta realidad
puede descalificar al que la practica pero de ninguna de las maneras puede
hacernos conformistas, al contrario, más críticos y exigentes con lo que se nos
intenta vender y con nosotros mismos. No todo es casta pero también se puede
caer en ella jugando a no serlo.
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