Querido amigo
Rubén, te escribo a ti como podría hacerlo a cualquiera de las otras personas
que como tú sois jóvenes y os enfrentáis a una enfermedad tan puñetera y discapacitante como es
la esclerosis múltiple, algunos recientemente diagnosticados y otros que ya
lleváis conviviendo con ella bastantes años. Ayer manifestabas tu desazón por
las malas expectativas que parecen abrírsete para el día de mañana, yo te respondí
que te comprendía y revelaba la distancia existente entre tu situación y la
mía, tú eres aún joven, yo ya soy un adulto (me resulta extraño llamarme así)
que empieza a encarar una parte final de esa adultez; tú aún trabajas, yo ya me
tuve que jubilar y aceptar por lo tanto esa situación; tú tienes una hija de
muy corta edad, yo tengo hijos que ya han entrado en la juventud; tú
manifestabas tu inquietante incertidumbre, yo intenté comenzar mi argumentación
para calmarte con una paradójica, para ello, afirmación: he aceptado una cosa
ya, yo no tengo futuro. Te decía que, sin embargo, esa convicción me genera
tranquilidad. Habiendo renunciado a algunos sueños y aspiraciones de mi época
joven he perdido también la inevitable ansiedad y estrés que ellos suponen. Te
decía: no tengo futuro pero sí tengo por delante un presente continuo, un
presente que de una u otra manera he de llenar. Esa pérdida de futuro no supone
renunciar a hacer aquello que te llena y gratifica, al contrario, es una
invitación a hacerlo ya, hoy y a continuar haciéndolo en el nuevo hoy que será
mañana, no es renunciar a la posibilidad de construirte en lo que te gustaría
ser años más tarde, significa ponerte a hacerlo ya, hoy, en este presente continuo
que se abre. Puntualizo: no sé lo que podré o no hacer mañana, es posible que
tenga que adaptarme y readaptarme las veces que sean, es posible que ese mañana
me obligue a renunciar a algunas formas pero no al proyecto porque esos cambios
me habrán hecho cambiar la perspectiva, dónde sitúo el foco. Estoy hablando del
proyecto del tipo de persona que quiero ser, no del tener o del aparentar;
estoy hablando del tipo de personas que quiero hacer a mi alrededor no de las
que quiero adelantar o pisotear. Te aseguro que ese cambio de perspectiva te
hace más feliz, es muy posible que la evolución de tu enfermedad no llegue
hasta el extremo de obligarte a replantearte eso pero yo te invito a que lo
hagas ya. Desperdiciamos la vida en estupideces sin aprender a vivir el momento
y fijarnos en lo esencial. Malgastamos el tiempo y sólo cuando le vemos las
orejas al lobo intentamos apresurarnos a desprendernos de los lastres que hemos
ido acumulando con el paso de los años y no siempre es posible.
Eres joven,
llevas años con esta enfermedad y te encuentras razonablemente bien, yo ya ves
como estoy, con el cariño que me tengo por los años que he convivido conmigo,
diría que hecho una piltrafilla. En el tratamiento de la esclerosis múltiple los
últimos cinco años han sido mejores que los cinco anteriores y estos que los
anteriores. La ciencia avanza y lo hace en progresión geométrica, no aritmética,
los años venideros multiplicarán sus avances y yo no dudo que tú los vas a
disfrutar, te van a llegar esos avances y lo van a hacer cuando todavía serás
joven y cuando tu cuerpo todavía estará receptivo a ellos. Tu cuerpo aguantará,
ten confianza en ello, te corresponde ahora que también lo haga tu mente. Te
digo que tengas confianza, no te puedo decir que tengas la certeza de que todo
será maravilloso. Esa certeza no existe para nadie, tenga esclerosis múltiple o
no. Ten confianza en que llegarán, más pronto o más tarde, noticias buenas,
aguárdalas con el Carpe diem como
estandarte, ríete de los achaques y también de la esclerosis, es sano, aguarda
sonriendo y jugando, revístete de humanidad, es lo único que vas a necesitar
para enfrentarte a la vida, esta a veces muerde pero también besa. Deja que lo
haga.
Hola no te conozco, pero me encanto tu escrito en oportunidades lo sentí para mi, también tengo EM y soy joven, ahora tengo 32 años y 10 con el diagnostico, soy comunicadora social, pensé que por mi condición no me casaría pero ahora estoy felizmente casada aun no tengo hijos, soy de Venezuela y nuevamente mis mas grandes Felicitaciones por tu carta a Ruben; Deseo Dios te Bendiga y te de Abundante Vida, Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Rossana. Tienes prácticamente la misma edad y los mismos años de diagnóstico que Rubén, ya está dicho: ten confianza en que la vida te va a sonreír. Yo creo, de verdad, que el mañana será mejor. Una cosa, pase lo que pase no ha de ser incompatible con cierta felicidad. Puede parecer un sinsentido pero hoy me siento más feliz que ayer y esto no es porque yo sea un bicho raro (que puede que lo sea) sino que es una posibilidad que se abre para todos. Repito: ten confianza y sonríe. Un abrazo y gracias de nuevo.
EliminarGràcies querido amigo de mi Alma.eres Luz.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo malo ya paso,Lo bueno esta por venir. Lucha siempre por tus sueños. Gracias querido amigo eres Luz, un fuerte abrazo desde Dublín. Todos te queremos. Fd.Ruben
ResponderEliminar