Soy un dependiente, un gran
dependiente. No puedo hacer nada por mí mismo sin necesitar la ayuda de otra
persona salvo pensar, demasiado tiempo
para ello sin tener que batallar contra los monstruos que pueden ir surgiendo. De
principio a fin del día necesito ayuda de una persona cerca de mí para resolver
los pequeños o grandes problemas que puedan aparecer. Despertar, desnudar,
duchar, echar crema y colonia, vestir, pasarme de la cama a la silla,levantarme, acostarme, moverme
de una habitación a otra, prepararme todas las comidas y dármelas por sencillas
que sean, encender y prepararme el ordenador (afortunadamente solo necesito eso
pues lo manejo con la mirada),tiene que haber una persona que pueda atender a cualquier
necesidad que me surja, un largo etcétera que pueda aparecer a lo largo del
día.
Depender es volver a la infancia,
es éste el sentimiento cuando al finalizar la ducha se me envuelve con la
toalla, así hacía yo con mis hijos, cuando se cubre mi cuerpo con colonia
tal y como hacía mi madre conmigo en las grandes ocasiones, comer con la
servilleta a modo de babero, irme dando poco a poco la comida, arroparme cuando
llega la hora de la ganas y despedirme
con un beso. lo que ayer hacía yo con
mis hijos hoy lo hacen ellos conmigo al igual que mi mujer.
Soy un gran dependiente, mi
movilidad ha llegado a cero. Soy un peso muerto, una carga con la que hay que
convivir, a la que no es posible dejar de lado, una carga física y moral, muy
difícil de soportar para los que tienen que llevar ese peso y para el peso
mismo, más allá de la calma en ocasiones un tormento, más allá del aire fresco
en ocasiones una asfixia, un ahogo, una vía sin salida, entre la vida una
llamada a la muerte. Agotamiento.
Todo esto forma parte de mi vida, y sin
embargo también forma parte la fortuna. imaginamos una situación similar en una
casa sin recursos económicos suficientes como para poder contratar a una
persona que te acompañe y cuide. imaginamos como se incrementa la tormenta
cuando se ha perdido además la cabeza. Falta de recursos que también impide
disponer de medios técnicos necesarios como puede ser una silla eléctrica que
te otorga cierta autonomía o una cama articulada que te evita pasar el día
tumbado. Es importante disponer de un circulo afectivo y social que te impida el
aislamiento, mis hijos con mi mujer al frente pendientes de mí, mis amigos que
sé que estén presentes físicamente o no se encuentran cerca de mí. La
posibilidad o no de salir a la calle. La presencia de unas escaleras y la
ausencia de un ascensor te obliga a pasar un año tras otro encerrado en casa.
La combinación de todo eso supone un castigo inmerecido: la soledad y la
presencia inacabable de una rutina reducida a un repetir constante las mismas cuatro acciones. Las aparentes condenas pueden compararse pero en mi caso junto al
agotamiento la realidad permite la existencia de momentos de felicidad. Puede
uno tener ocasiones para maldecir la vida, las mismas quizás, al menos, que
para estar agradecido a ella.
Este texto ha sido escrito con la
mirada, ya no puedo utilizar las manos para ello y la voz es un sistema poco
fiable. La mirada me ha permitido poder manejar el ordenador y escribir, algo inesperado,
un verdadero regalo de mi hijo menor. Este discapacitado, incapaz de casi todo descubre
que cuando él se encuentra haciendo pasar el tiempo de alguna manera otros piensan
en él y para él, que cuando él duerme otros velan su sueño, un círculo de afecto
le rodea. Este sistema no se trata de un simple aparato electrónico, es también,
para mí, un acto de amor, es ese amor el
que me libera de mis inutilidades.
Un hijo tan grande como su padre. Que buen regalo, que bien lo cuentas.
ResponderEliminarLos que vamos detrás de ti recogemos e intentamos aprender
Palabras justas y ajustadas a lo que habría escrito yo, con menos claridad. Lo afirmo todo. Abrazos
EliminarEspero que conserves la alegría mucho tiempo, Jesús. Un abrazo
ResponderEliminarHoy he descubierto tu blog, eres una brisa de esperanza, tienes el don de saber sacar lo bueno de una,situación grave. Yo que camino entre bastones y silla tambien intento dia a dia ver el lado bueno, porque la realidad es que no lo ponen dificil, gracias a la familia y amigos que estan aquí y gracias a personas como tu que con la mirada escribe cosas como esta. Abrazos.
ResponderEliminarIncreible Chirri. Lágrimas y al mismo tiempo sentimiento de amor hacia la vida y a tener el privilegio de conocerte. Doy fe que tu paso por la vida es muy importante y beneficioso tanto en el pasado como en el presente. Gracias Chirri
ResponderEliminar