Si es de los que hoy dicen digo y
mañana dirán diego sin sonrojo ninguno y en función de lo que el argumentario
del partido diga, por favor, váyase.
Si es de los que hoy condenan lo
que mañana defenderán, de los que hoy votan sí a lo que mañana dirán no,
dependiendo de dónde se encuentre su partido, por favor, váyase.
Si es de los que aplauden cuando
toca sin saber siquiera por qué lo hacen o abuchean cuando igualmente toca
arremeter contra el adversario, y salen ufanos del hemiciclo por todo eso, por
favor, váyase.
Si es de los que se incorporaron a
la política pensando en hacer carrera y miden cada paso que dan en función de la
misma, por favor, váyase.
Si es de los que se sentaron en un
sillón y desde entonces se agarraron al mismo, de los que se les hundiría el mundo
si se vieran en la misma calle que el resto de los mortales, por favor, váyase.
Si es de los que no piensa sino
que piensan por usted, si es de los que no le importa ser la voz de su amo sin
saber quien es ese amo exactamente, por favor, váyase.
Si es de los que llaman corrupto
al de otro partido y pierden el trasero por hacerse la foto con el equivalente
en el suyo, por favor, váyase.
Si es de los que valoran en su
partido la fidelidad y no el pensamiento crítico y confunden la fidelidad a unas
ideas con el interés partidista, por favor, váyase.
Si es de los que votan lo que le
digan, aplauden lo que le digan, abuchean lo que le digan, hacen lo que le
digan, dicen lo que le digan, por favor, váyase.
Si es de los que nunca pedirá perdón,
de los que jamás reconocerá que se ha equivocado, de los que de ninguna
manera admitirá que no sabe, por favor, váyase.
Si cada paso que da en política
lo hace mirando la cuenta de beneficios, por favor, váyase.
Si es de los que defienden conceptos
pero no ciudadanos, símbolos pero no personas, por favor, váyase.
Si es de los que miran hacia
arriba pero nunca hacia abajo, hacia los poderosos pero nunca hacia los débiles,
de los que promueven casta y
terminan por desconocer a persona alguna que sufra lo que ustedes deciden, por favor, váyase.
Si es de los que no saben, no
pueden o no se atreven, por favor, váyase.
Si es de los que nunca condenarán
en su partido todo lo anterior y no les importan convivir en él con una mayoría
de este tipo, por favor, váyase.
Si pase lo que pase nadie piensa
irse, por favor díganlo para que sea yo el que me vaya. Que pare el mundo que
me bajo.
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