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lunes, 17 de marzo de 2025

Casi poemas 23

45 poemas tristes famosos (y su significado)

Olvidé todo aquello que me ocurrió,

solo recuerdo aquello que no he vivido,

el valiente que nunca fui,

el cuerpo que nunca vi,

el sexo que no tomé,

las mariposas que no bailaron en mi estómago,

el tiempo que no te dediqué,

el salario que no compartí,

las fuerzas que no gasté,

El hoy es el pasado que nunca existió.

 

 

Cómo puede anidar tanto odio en ti

sin que se te desmenucen las costuras

y te atormente ese fantasma que llevas dentro

jugando a la hipocresía de la hostia consagrada

envuelta entre improperios cubiertos de espuma.

 

 

 

Solo

Llamando a voces a todos

sin que nadie me responda.

Solo.

Requiriendo caricias.

Como sean,

donde sean,

pero atrapadas en la nada.

Solo,

Con la tierra reseca necesitando lluvia.

Cualquier líquido cayendo sobre ella.

El que sea.

Cuando sea,

Como sea,

Donde sea.

Solo.

Encerrado en una claustrofóbica piel

que nada siente,

que nada espera,

que nada atrae.

Solo.

Rodeado de querencias en soledad.

Rodeado de querencias sin deseo.

Rodeado de vida oliendo a cadáver.

Solo.

Esperando el fin.

Deseando el fin que nunca llega.

Solo.

Completamente solo.

 

 

 

 

Allí estoy,

sin que tú puedas verme,

en una esquina de tu dormitorio

Contemplando como te desnudas.

Gesto a gesto,

prenda a prenda.

Observando tus deliciosos movimientos

para quitarte tu ropa más intima

y vas dejando al descubierto

los secretos de tu cuerpo.

Y yo gozando de esas delicias

sin que tú puedas descubrirme

estando como estás

únicamente en mi cabeza.

 

 

 

Cuando a la noche cierro los ojos

las palabras se amontonan en mi mente

cambiando unas y otras de lugar,

buscando la posición adecuada

que venga a decir con precisión

lo que yo deseo.

Siempre, al despertar,

descubro

que una ráfaga de viento

se las ha llevado.

 

 

 

 

 

No fuiste mía ni siquiera unos pocos días.

Unos días suficientes para descubrirte,

para descubrir tu cuerpo y hacerlo mío,

acariciar todo él, valles y montañas y el punto exacto del placer.

Unos días para penetrar en ti y ser tu siamés.

Unos días para conocerte en profundidad

la que detestas, pero yo adoro,

la que te encanta y yo espero alborozado.

cuando tengo tiempo para descubrir aquello que ocultas

y también tengo tiempo para sanar todas tus heridas,

las que has acumulado y cargas con ellas desde siempre,

tiempo para verte reír aunque sea de mí, patético admirador,
hombre siempre perdedor, atrapado en la envidia,

Pero sueño y te hago mía, aquella que descubro cuando recitas

y yo me deshago en cada una de tus palabras;

cada una de las silabas golpeando en el interior de mi cuerpo,

fonemas destinados a hacerte tuyo.

Días suficientes para descubrir nuestros pecados

y todo aquello por lo que necesitamos pedir perdón.

Tú y yo, con sinceridad, sin engaño alguno, desnudando nuestros corazones.

Tú y yo, que ilusión sólo nombrarlas, dos palabras tan distantes,

que refuerzan y descomponen, únicamente allá donde tú te encuentres,

en la fantasía o en la realidad, en la fantasía que te hace ser alguien,

en la realidad que descubre quien eres, nadie,

Aquello que me hace asumir con franqueza

que no fuiste mía ni serás mía ni tan siquiera unos días.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 15 de marzo de 2025

Hacia el final

 


Hacia el final - Gaceta CUSUR

Cuando la vida se va acercando a su final es muy difícil no pasar revista a tu vida aunque sea la que has tenido desde esa edad en la que empezaste a tomar conciencia de quien eres, esos años tan intensos como son los de la adolescencia. Años en los que puede que fueras un lider social pero que en lo personal, en aquello que se encuentra en la profundidad de tu ser, cuando se supone que tienes que aprender a manejarte en el amor y, en eso, por mucho que tuvieras éxito en lo social, sintieras frustración en el terreno más personal.

Vuelves la vista atrás y descubres que tu vida está cubierta de frustración y llanto, aunque también de momentos de alegría y felicidad. Así son la mayor parte de las vidas cuando te asomas al pasado. El dolor de que nada puedes resolver ya, lo único que compensa ese dolor es tu familia, esa que te rodea y te quiere, que te abraza y  besa. Descubres en ese momento que tienes todavía parte de tu adolescencia, que descubres que sigues jugando a la montaña rusa, al quiero y no puedo. En ese tiempo de la vida descubres         que la vida es un todo lo que has sido, no sólo esa adolescencia sino también la niñez, especialmente cuando tienes que ser lavado por otra persona, que te han de levantar y acostar, que te ves obligado a usar pañal. Pero todo no acaba aquí, mayoritariamente creemos permanecer en la madurez sin darnos cuenta en la mayoría de las ocasiones de que vamos perdiendo memoria,que ya no somos los mismos, que nuestros sueños ya no son los mismos que los de nuestra juventud, que entonces iban dirigidos a nuestro futuro, lo que deseábamos, aunque entonces muchos de ellos no llegaran a hacerse realidad, la frustración que nos sirvió para aprender los dolores que encontraremos en la vida. Pero ahora son sueños de nuestro pasado, el espejo que refleja lo que somos, lo que hemos sido y ya no seremos. Las frustraciones se hicieron realidad y son imposibles de cambiar.

Pero no todo son fracasos, la vida tiene también momentos alegres, dulces, aquellos que la vida te regala por sorpresa, Momentos en los que  te sientes tan poca cosa, tan pequeño, tan inmerecido. Aquellos en los que rompes a llorar porque la emoción te supera. Algunos tienen lógica  pero otros son tan sorprendentes, que te llegan cuando nunca lo esperabas. La felicidad de sentirte querido, cuando tu casa es el hogar donde eres realmente tú. Donde la felicidad te salpica sin esperarla. Tu final se acerca y parece que no importa porque aquí estás enamorado hasta el último momento, Con una ducha de felicidad que te hace llorar, que más da donde vayas, bien o mal, con éxitos o fracasos, has tenido una vida que en sí nisma ha sido un regalo. Señoras, señores, el telón se cierra y uno saluda a todas aquellas personas que lentamente han ocupado un lugar en tu vida, brevemente o casi toda tu vida, pero siempre intensamente. Adios o quien sabe qué. Todas ustedes han sido esenciales en mi vida, me han construido. Muchas gracias.