Silvio Rodríguez, Monólogo
“Este chico va a ser Premio
Nobel”. Es muy raro alguien que no sueñe despierto desde la misma infancia. La
fama, el dinero, alguien que cambia el mundo, alguien que es repetidamente portada
de los periódicos, alguien en oposición a nadie, un mero nombre, más aún, un
ciudadano anónimo. Ese debía ser mi destino, la gloria alcanzada con el
triunfo. ¿Quién sueña con ser un derrotado? ¿Quién se recrea en el fracaso?
¿Quién piensa en el sufrimiento formando parte de su vida? Cuando uno es joven
el dolor no cabe en el futuro soñado, sólo con el éxito y el placer forjamos
ese sueño.
Pero el tiempo pasa y nos vamos
haciendo viejos, el cielo se va ensombreciendo y las ilusiones se van
empequeñeciendo, el destino pasa de largo, alejándose y dejando en nosotros el
ropaje vulgar que nos acompañará el resto de la vida. Nuestros sueños se
vuelven toscos, groseros, muy lejos de esa majestuosidad con la que
anteriormente los recubríamos. Pero el vulgo puede dejar de ser chusma y uno
irse encontrando cómodo en él, el destino es ser uno más.
Y aquí estoy, en esta silla
ruedas, eterna compañera, cuando todos esos sueños se tornaron imposibles, el
paso del tiempo hay impedido ya avanzar hacia ellos y cuando el cuerpo parece
volverse enemigo, esas piernas que se niegan a moverse, esos brazos cuya
pérdida de músculo desearía arrastrar también al músculo vital incapaz de posar
una mirada esperanzadora en la vida, esas manos que no reconocen, que no toman
posesión alguna de lo que me rodea, esa piel que duerme, esa vejiga que
traiciona, ese cerebro que olvida, ese cuerpo, en fin, que en la medida que me
abandona se hace mas presente en mi vida. Cuando la vida parece ya no tener
destino, andar alocada hacia un final pesaroso, cuando el único sentido parece
que es morir uno puede descubrir el destino para el que pudo nacer, aquello que
al final, ese largo final, puede explicar la razón por la que estás aquí,
lejos, muy lejos, de las celebraciones fastuosas y de los oropeles, de los
ruidos y los vítores; entonces entiendes que aquello a lo que estabas destinado
no es sino esto, estar enfermo y hacerlo bien, este ha de ser tu testimonio,
este es el papel que has de representar, para eso naciste, ser un buen enfermo,
y a ser posible, un estupendo enfermo.
ACLARACIONES AL “BUEN ENFERMO”
Pablo Milanés y Mercedes Sosa, Años
saludos y animo!!
ResponderEliminardesde México,