“Qué está pasando en Europa, hay que ser muy lúcidos, esta invasión de…
inmigrantes, de refugiados…¿Es todo trigo limpio… o viene con mucha mezcla? En
todo caso, dentro de unos años, ¿dónde quedará Europa? Con esa mezcla con la
que viene, ahora… no se puede jugar, no se puede jugar con la historia, no se
puede jugar con la identidad de los pueblos. Después también, hay que ser
lúcidos y ver quién está detrás de todo esto. ¿Vienen simplemente porque son
perseguidos? Muy pocos son perseguidos, muy pocos; aquí hay personas que me
podrían dar la razón en esto, vienen muy pocos perseguidos, vienen más presos
(¿?) que perseguidos y estamos en ello y haremos (¿?) más, y he estado a
disposición enteramente y he estado a disposición de todas las autoridades con
las que colaboro enteramente. Pero seamos también lúcidos, sí, pero no dejemos
pasar todo porque hoy puede ser algo que queda muy bien pero que realmente es
el caballo de Troya dentro de las sociedades europeas y en concreto la española”
Usted argumenta, sin duda
ninguna, bajo el paraguas de la pregunta que el aluvión de personas que llegan
a nuestro continente no es todo de fiar, buenas y malas personas, unas para
integrar y otras que suponen una amenaza. ¿Qué es para usted el trigo limpio?
Se trata simplemente de la bondad o se refiere también, aunque de una manera
encubierta, a las motivaciones que les mueven para su llegada. ¿Sólo cabe la
guerra dentro del concepto de refugiados?¿Qué idea de mundo tiene usted?¿Es
para usted la persecución un fenómeno habitual en nuestra realidad?¿De qué
parte de esa realidad se siente usted concernido?¿Entra el hambre dentro de las
motivaciones aceptables o tendremos que pedir junto con ella un certificado de
penales?¿Se refiere usted también a las distintas creencias religiosas?¿De cual
de ellas es patrimonio Europa?¿Realmente le interesa la característica de esa
mezcla o lo único que le preocupa es lo de ”en todo caso”, dando igual la mezcla que llega? Capellán de su Santidad,
Reverendísimo Señor, digno de respeto en cuanto alto dignatario de una iglesia
que tiene como referencia a un crucificado, anteponga esas reservas a la
conveniencia o no de una respuesta aceptablemente humana ante el problema en el
que nos vemos inmersos. Permítame una pregunta aparentemente estúpida: ¿Ha leído
usted el Nuevo Testamento?¿De qué manera lo ha comprendido?¿Oyó usted hablar
del buen samaritano?¿A qué se refiere esa parábola?¿Qué significa la Cruz para
usted? Creo que es la muerte como destino final antes que claudicar, antes que
renunciar a lo que uno cree, antes que dejar de ser lo que uno cree que debe
ser. Le hago a mi vez una pregunta,¿qué quedará de Europa si hoy no damos una
respuesta abierta, sin cortapisas, poniendo en ella todo lo que podamos aún a
riesgo de perder en ella? ¿De verdad merecerá la pena esa Europa que usted
pretende conservar, serán sus valores los mismos?¿Qué cree que hoy le diría su
Cristo?.

Permítame que le presente un
texto de un libro escasamente canónico, se trata de Luz de agosto de William Faulkner, en él un sujeto trabajador
manual, pobre e iletrado le dice a un Pastor hace tiempo espiritualmente en
retirada las siguientes palabras. No le importará, todos debemos tener la
suficiente humildad para dejarnos interrogar por los demás, especialmente por
aquellos que parecen tener poco que aportarnos.
”Hay que pagar el mismo precio por ser bueno que por ser malo, hay que
pagar lo que cuesta. Y son los buenos que los que no pueden rechazar la cuenta
cuando se la presentan. Por la sencilla razón de que les pueden obligar a
pagarla. Es como un hombre honrado que juega. Los malos, en cambio, pueden
rechazar las cuentas. Porque nadie espera que vayan a pagarla, ni en el acto,
ni nunca. Pero los buenos no pueden hacer eso.”.
¿Cómo se sitúa usted, como hombre
bueno o como hombre malo?¿Cómo nos situamos todos? Cuando le oigo no me parece
escuchar a un hombre bueno, sino a un político barato, engreído, calculador y
rancio. No escucho el nombre bueno, puede ser que mis oídos ya hayan perdido
fineza. Me duelen sus palabras por lo que usted representa y por la inercia con
la que mucha gente la seguirá por ser vos quien sos. Realmente no esperaba de
usted otro tipo de discurso pero si algo más de prudencia, de ”política”
quizás. Mi voz no es nada, esta sí que puede gritar y perderse en el desierto.
Yo puedo ser el hombre malo, ya me situé en el mal cuando usted catálogo así la
educación para la ciudadanía. Cometeré errores, me caeré y me levantaré, seria
aplaudido o vapuleado, mi voz resonará y luego irá callando, pero antes y después
seguiré siendo nadie. ¿Pero y usted?.
Permítame una última pregunta: ¿Duerme
usted satisfecho de sí mismo?